Corazón salvaje, por John Queras

La vuelta al cole olfativa se presenta con la mochila repleta de lanzamientos la mar de interesantes, los libros de texto recién forrados con plástico transparente y, lo más destacado, haciendo nuevos amigos. Si hace un par de semanas hablábamos de la Colonia Club, de Acqua di Parma, hoy le toca el turno a una composición muy distinta, pero igualmente apetecible. La primera fragancia totalmente original que sale de la maison Dior en la última década, desde la vanguardista Dior Homme en 2005, se llama Sauvage (93 € / 100 ml) y tiene pinta de ser uno de los alumnos aventajados del año. A lo mejor, hasta se salta un curso. Del mítico Eau de Sauvage (1966), solo conserva parte del nombre porque el resto está a estrenar. Firma esta ingeniosa eau de toilette François Demachy, el perfumista-creador de la Casa desde 2006, en otra clase magistral del nariz francés. Fino e imaginativo como pocos, François tenía ante sí un reto nada sencillo: mantener la herencia y la tradición de la marca, pero añadiendo su personalísima visión del mundo de las esencias y el atrevido enfoque con el que encara cada proyecto. Todas estas virtudes ya quedaron más que demostradas en su sorprendente Collection Privée. Como estudiante aplicado que es, conoce los 2500 ingredientes que se guardan en el Laboratorio de Creación de Dior e incluso está en contacto directo con los proveedores. Y es que las materias primas de calidad excepcional son una de las señas de identidad de la marca y el alma de sus perfumes. Así, para la salida cítrica de Sauvage se ha decantado por una sobredosis de bergamota reggio, un fruto que únicamente se cultiva en un determinado terruño italiano y que se recolecta a mano, durante los meses de enero y febrero, para no dañar la cáscara de la que se extrae el aceite esencial. De esta manera ha conseguido un tipo de bergamota más afrutada que las demás, con un leve toque de pimienta y un puntito amargo. Llena de matices, la fragancia evoluciona con aires de clásico hacía un frescor amaderado y moderno que mezcla acordes marinos con el soplo verde del geranio. Como es el primer día de clase no os voy a poner deberes. Solo una recomendación: acercaos a la perfumería más cercana y probadla en vuestra piel porque es la única forma de saber si os gusta o no. Y ahora sí, podéis salir al recreo.