OCU versus STANPA, por John Queras

Reconozcámoslo. El mundo de la beauty tiene mucho glamour, mucha red carpet y nail art para dar y tomar, pero poca chicha. Las noticias que genera son tirando a amables, con un cierto regusto almibarado y se reducen a los últimos lanzamientos y a quién será la próxima imagen de tal o cual fragancia. Lo mejor de todo es que el personaje en cuestión es lo menos importante porque todos están tremendamente orgullosos de pasar a forma parte de la familia “nombre de la marca” y todos personifican a la perfección el espíritu de la firma gracias a su gran carisma y elegancia natural. No ocurre lo mismo en otros sectores, como por ejemplo en el de la moda. Que si un Galliano sacando los pies del tiesto por aquí, que si un Hedi Slimane pasándose el legado del maestro Sanlo por el mismo arco del triunfo por allá, etc. Hasta ahora. Porque el pasado 28 de mayo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó en su web (www.ocu.org) un estudio sobre cremas antiarrugas. Para saber si cumplen lo que prometen, eligieron 14 fórmulas antiedad y se las dieron a probar a 995 mujeres. En esta selección había de todo un poco, desde la marca blanca de Mercadona (Deliplus), pasando por el gran consumo (Olay o Nivea) y el canal farmacia (Eucerin), hasta llegar a firmas prestige (Clarins o Lancôme). La investigación se realizó en condiciones controladas en laboratorio frente a una crema estándar y, tras un mes de uso, se midieron los efectos. ¿La conclusión? Que la más eficaz (redoble de tambor) es la Crema de día Q10 para todo tipo de pieles, de Cien, es decir, la marca propia de Lidl. ¡Boom! Consiguió una valoración de 64 sobre 100 y solo cuesta 2,99 €. Según dicho estudio, ninguna de la cremas testadas elimina las arrugas y solo dos son capaces de reducirlas levemente. Además, añade que, aunque existen activos que han demostrado cierta eficacia, como el colágeno, los alfahidroxiácidos o el retinol, “normalmente no están en la concentración necesaria para ejercer ese efecto y se utilizan como reclamo. La realidad es que en los cosméticos la eficacia depende de la fórmula y no de un ingrediente concreto”.

Un días después, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), integrada por empresas que fabrican y distribuyen perfumes, cosméticos y productos de higiene y cuidado personal en España y que representa un volumen de negocio cercano al 90% del sector, emitió un comunicado en contra de los resultados ofrecidos por la OCU. “Stanpa pone en duda la metodología utilizada en el estudio ya que no analiza toda la realidad de la categoría de cremas antiedad. Las cremas valoradas no son iguales ni actúan sobre los mismos signos”. Y que “el precio no es un criterio que refleja la eficacia de un producto sino el resultado de la investigación necesaria para actuar de forma eficaz sobre los diferentes signos del envejecimiento”. Vamos, que el lío ya está montado. Personalmente, creo que este tipo de debates es bueno para el consumidor, las marcas y la cosmética en general. Además, y como aclara el estudio de la OCU, cuando nos aplicamos una crema, entran en juego otros factores, como las propiedades cosméticas. En este punto se tiene en cuenta otras consideraciones más subjetivas, como la textura, el tiempo de absorción o la sensación en la piel, y la mayoría de las mujeres dio muy buena nota a las cremas probadas. Y tú, ¿qué opinas? ¿O con esto de la abdicación del Rey y que el Mundial está a puntito de empezar ya pasas de todo?