Resulta que esto de la caída del pelo en otoño o en cualquier otra época del año, no solo es una cuestión estacional, hormonal o grabada en los genes. No, al parecer son factores de riesgo y pueden augurar una minusvalía capilar en el futuro, pero algunos se pueden evitar y otros no son tan determinantes. Sin embargo, hay elementos malévolos que se agazapan detrás de términos como estrés, tensión nerviosa, incertidumbre laboral, mal de amores, emociones ocultas varias (el miedo, la envidia, el rencor) o sentimientos abiertos (más miedo, celos, ira…), que disparan la caída del pelo en cualquier momento. Esto no es nuevo. Lo que me ha sorprendido de veras esta última semana ha sido enterarme de que una de las razones por las que “estoy bien de pelo”, como dice mi adorado John Queras (que por cierto, siempre que se lo rapa me da un disgusto, y más ahora que comienzan a canearle esas ondas californianas que tiene de natural), es que mi cuero cabelludo es flexible, a pesar de que yo sea tozuda y cabezota. Me explico, me he sometido a un diagnóstico capilar en manos de Diego Pérez-Marín, responsable de formación internacional de René Furterer (una de esas marcas de cosmética capilar profesional, que lleva apostando por lo natural desde hace más de dos décadas y alguno de sus productos están entre mis rituales de cabecera). 
Primero, me pasó una cámara de tropecientos aumentos por el cuero cabelludo, de nombre capiliscopio. No era la primera vez que observaba mis pelos al desnudo, en 3D. Allí estaban mis folículos pilosos, mis pelillos incipientes, alguna que otra célula muerta desprendiéndose… Nada de particular. Tengo un cuero cabelludo casi perfecto. Nada que yo no supiera porque me cuido la melena y su lugar de residencia con mimo y tesón. Pero tras la tecnología, vino lo manual, que es lo que a mí realmente me pone. Diego comenzó a toquetearme el cuero cabelludo para enseñarme los rituales y movimientos con los que se deben aplicar los cada uno de los cosméticos de René Furterer. Que si primero en ascenso, que si después en descenso, que si con pequeños pellizquitos, que si toquecitos con las yemas, que si presiones dáctiles aquí y allí… Un gustito para mi cabecita, de veras. Y cuando estaba yo gozando de tanto toqueteo craneal, Diego me sorprendió diciéndome que la salud de mis fibras capilares y su sustento, se debía fundamentalmente a que tenía el cuero cabelludo flexible, a que mis músculos de la cabeza son menos tozudos que yo y por eso riegan divinamente a mis raíces y las mantienen en plena forma. Y esto de la flexibilidad y sus beneficios me ha dado que pensar.
Flexible, un término bendito. Digo, por lo que tiene de amplio y de aplicable a cualquier campo vital, económico o social. Pero yo a lo mío, al bienestar y la belleza. Estar flexible supone movilidad, agilidad, independencia. Un lujo para el cuerpo, vamos. Tener la piel flexible significa tenerla sedosa, hidratada, jugosita; sentirla más joven y verse más joven. Y tener el cuero cabelludo flexible, supone tener unos bulbos pilosos musculados, capaces de sobreponerse a cualquier tipo de caída, venga de donde venga. Eso sí, hay que practicar el fitness capilar proporcionándole al terreno en el que habita las vitaminas y oligoelementos que precisa, los movimientos que más le convienen y los cosméticos que mejor se adecuen a sus necesidades. A mí, Diego me ha recomendado un complejo muy especial, el Complex 5 concentrado regenerador de Rene Furterer (de venta en peluquerías). Solo me tengo poner una ampolla a la semana. Huele a fresco y vitalidad y tengo para 8 semanas, después, creo que mi cuero cabelludo será perfecto, capaz de afrontar lo que le eche encima mi ajetreada vida y mis emociones.

2 Comentarios

  • Srayomismamismamente
    Posted 10 September, 2012 12:30 am 0Likes

    Tiene que ser curioso hacerse un diagnostico así de professional!! A saber lo que me saldría xq se me sta cayendo ahora el pelo a mechones XD

  • John Queras
    Posted 12 September, 2012 8:24 am 0Likes

    Que la reina del "bien de pelo", del look capilar cumbre y del pelazo imperial alabe mi melena es más de lo que podría imaginar. Se te quiere.

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