Aunque en verano tendríamos que prestar una atención especial a nuestro pelo para contrarrestar los efectos nocivos del agua del mar, del cloro o de la exposición solar, lo cierto es que muchas personas descuidan su cuidado en vacaciones. Gran error. Cuando el asueto acaba llegan las lamentaciones.

Si el uso del protector solar capilar es imprescindible, la mascarilla lo es igual o más. Con utilizarla de forma correcta (esto es importante, porque muchas veces no lo hacemos de la manera adecuada) uno o dos días por semana la transformación de la melena puede ser sorprendente. Aquí tenéis algunos sencillos trucos de expertos para que saquéis todo el rendimiento a vuestras mascarillas de pelo:

Bálsamo de tratamiento de Franck Provost. Nutrir en profundidad, repara y reestructura la fibra capilar.  
  • Usar la más conveniente a las características y necesidades de tu cabello. Como explica Alberto Sanguino, estilista de Llongueras, “de poco nos sirve utilizar un producto con beneficios para el cabello fino, por ejemplo, si nuestro cabello es grueso”. Por eso, a la hora de comprar una mascarilla (y un champú, acondicionador o productos de styling) es imprescindible saber cómo es nuestro pelo (no el de nuestra hija, nuestra amiga o nuestra madre), qué necesita y qué es lo que más le conviene.
  • Peina el cabello en todas las direcciones antes de lavártelo. Para que el pelo esté preparado para absorber todos los activos de la mascarilla. Carlos Fernández, estilista de Franck Provost, recomienda hacerlo con un cepillo de cerdas naturales. “Así se van a eliminar posibles residuos de agentes externos que pueda tener el cabello, como la polución, el polvo, la laca o el spray. Además, el cepillado activa el riego sanguíneo, lo cual favorece que el pelo crezca mejor y con mayor salud, y deja el cuero cabelludo receptivo para cualquier tratamiento. De este modo, los activos actuarán con mayor intensidad y eficacia”, aconseja el experto. Y, por supuesto, la melena estará completamente desenredada, lo cual facilita muchísimo la aplicación de cualquier producto.

  • Retira la humedad y aplica la mascarilla en sentido descendente. Con el cabello cepillado, limpio (tras el champú) y mojado, antes de aplicar la mascarilla es necesario retirar la humedad con una toalla para favorecer la absorción máxima de los activos. Fernández explica que debemos “depositar la mascarilla en ambas manos y extenderla sobre nuestro cabello en dirección a su caída natural. Nunca deberemos aplicarla hacia arriba, en sentido contrario”. Además, conviene enfocarse en medios y puntas para no añadir peso innecesario a la raíz.
  • No peinar el cabello con la mascarilla puesta. Según el experto de Franck Provost, “las mascarillas contienen principios activos, como el aceite de coco, que deben depositarse en el cabello. Si lo peinamos, lo que haremos es quebrar el cabello, que se encontrará especialmente sensible, y tirar todos esos principios por el desagüe, haciendo que el tratamiento no sea eficaz”, Según Fernández, lo mejor y más conveniente es dejar actuar la mascarilla sobre el cabello como mínimo durante 10 minutos.
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  • Dejarla puesta durante horas para que sus activos penetren en profundidad. Podemos recurrir a una toalla o gorro de baño y dejarla actuar durante horas, durante el día o por la noche. Eso sí, la toalla nunca debe estar mojada: “tiene que ser una toalla seca y, si está caliente, mejor. Así, podemos introducirla en el microondas y, después, colocarla enrollada, a modo de turbante, envolviendo nuestro cabello”, nos cuenta Fernández. Otra opción es aplicarla mientras estamos en la playa ya que el sol y el calor favorecen la penetración de los principios activos, convirtiendo así una situación normalmente perjudicial para el cabello, en beneficiosa.
  • El aclarado. Antes del aclarado final, el experto de Frank Provost aconseja que “lentamente, dejemos que el chorro de agua y nuestros dedos, en forma de pinza, arrastren la mascarilla de los medios a las puntas. De este modo, arrastramos el exceso de producto y, con ese gesto, sellamos los principios dejando el cabello suave”. Eso sí, recomienda que aclarado final, se haga con agua fría, para cerrar las cutículas y conseguir más brillo. El agua caliente, por el contrario, deja la cutícula muy abierta lo que implica que los principios activos no se mantengan en el tiempo.
  • Úsala como producto de styling. Según Sanguino “la mascarilla aporta una gran fijación sin dejar efecto duro, mucho brillo y una gran duración”, con lo cual es perfecta para fijar (y nutrir al mismo tiempo) recogidos pulidos, coletas, moños, trenzas de boxeadora …

 

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