Una de ellas es su espectacular jardín botánico. Kilómetros de paseo por un entorno delicioso en el que puedes ver cientos de variedades de plantas, oír pajaritos sin parar y sentir que la naturaleza te invade de manera bestial.

Por si no lo sabíais, Virginia es conocida por sus vastos y verdes lugares; sus parques, sus bosques y sus reservas naturales.

Y este sitio es uno de los principales atractivos de la Richmond. Y lo mejor lo puedes visitar  en la soledad más absoluta sin cruzarte absolutamente con nadie. O sea, un privilegio.

Otro sitio para no perderse es el Hotel Jefferson, un clásico de aquí, espectacular y precioso. En él tienes la sensación de que en cualquier momento va a aparecer El Padrino para hacer alguna celebración de una boda o un bautizo de cualquier miembro de los Corleone.  Creo que en navidad con el árbol y los adornos se convierte en un espectáculo.

Me encanta ir allí a comer. Es un sitio muy tranquilo y he descubierto una especie de sandwich elaborado con pan de muffin relleno de pastel de cangrejo. Tomar ese sandwichito acompañado de un pinot grigio y terminar con la mejor crème brûleé que he comido nunca es una delicia.

Feliz semana.

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