Tangas, culottes,  braguitas de hilo, de algodón, de seda, de licra… Sin duda contamos con un sinfín de tejidos, formas y diseños de ropa interior, aunque además de la comodidad y las preferencias, deberíamos fijarnos en su capacidad para protegernos de las infecciones y las bacterias. Os dejo algunos tips a tener en cuenta a la hora de elegir nuestra ropa interior:

1. TranspirabilidadEs una de las cualidades más importantes de la ropa interior y para que ésta sea adecuada conviene elegir tejidos naturales como el algodón, ya que su composición absorbe la humedad de forma eficaz, evitando la generación de bacterias u hongos, como la candidiasis.

2. Tejidos sintéticos. La seda, la licra, el poliéster o el nylon no son transpirables y suelen contener tintes que pueden causar reacciones adversas en la piel (erupciones o infecciones que afectan directamente al pH). La ropa interior de tonos intensos, especialmente rojos o negros, puede ocasionar irritaciones, ya que el tinte es uno de los alérgenos más frecuentes.

3. TangasPueden resultar muy cómodos y, con algunas prendas, son imprescindibles, pero abusar de ellos puede provocar problemas. La tira de los tangas no suele recubrir toda la vagina y, por su forma, favorece su deslizamiento de atrás hacia delante y viceversa. El roce de una parte a otra permite que las bacterias  (como el estreptococo) “viajen” libremente y provoquen infecciones vaginales.

4. DeporteEs recomendable utilizar ropa interior que cubra por completo la zona íntima como los culottes u otras prendas deportivas. Al hacer ejercicio, la ropa interior tiende a moverse y, como sucede con los tangas, pueden quedar muy cercanas a la zona anal, generando así un posible foco de infecciones.

Además de tener en cuenta todo lo anterior, es recomendable utilizar un gel de higiene íntima específico como los de Chilly, quitarnos el  bañador cuando salgamos del agua porque mantener el bikini mojado, facilita la aparición de infecciones vaginales y dormir sin ropa interior. La vagina es propensa a producir humedad durante la noche, y la ropa interior puede atrapar esa humedad, creando un terreno ideal para las bacterias  ya que los hongos crecen en condiciones cálidas y húmedas.

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