Cuando viajo a Uruguay siempre vuelvo a José Ignacio. Pasear por sus campos y playas, disfrutar de sus restaurantes y, sobre todo, su tranquilidad, hacen de este lugar un sitio perfecto para desconectar.
Mis restaurante favorito es Marismo. A la luz del fuego y las velas, probar las exquisiteces de mi amigo Fede y celebrar allí la vida no tiene precio. Otros que también me gustan son La Huella, La Susana y Santa Teresita.
En cuanto al hotel, siempre he ido al mismo Casa Suaya, pero lo han abandonado mucho, cero mantenimiento y una decadencia de la mala. Eso sí, el personal es divino.
Pero si la compañía (en mi caso, mi chico y unos de nuestros mejores amigos) es de 10 el viaje se convierte en maravillita pura.
Y si luego terminas los días en Punta del Este ya el broche es perfecto. Pero eso ya os lo cuento (y os lo enseño) la próxima semana.
1 Comentarios
angeles
Que manera de ponernos los dientes largos¡¡¡¡