He probado… El lifting en 3D de la doctora Espallargas (sin pasar por el quirófano)

Cuando la doctora  Purina Espallargas  me contó que estaba realizando una nueva técnica facial que era perfecta para mí esperé a que me contase más. Al pronunciar la palabra lifting reconozco que me asusté un poco porque todas asociamos el lifting con esas caras sin expresión que, al menos a mí, nunca me han gustado. Al ver mi gesto Purina me explicó que no se trataba de estirar. Lo que se busca con este “lifting en 3D” es tratar las arrugas, la flacidez y la proyección de los ángulos del rostro de manera global y con resultados naturales. Vas a ser tú con la piel de hace diez años, me dijo. Ya, pero y ¿Qué me vas a hacer?, ¿Duele?, ¿Voy a seguir siendo yo?, ¿Me van a salir moratones?… Todas esas cuestiones, y muchas más, que siempre siempre hay que preguntar antes de tumbarse en una camilla, se las hice a la doctora unos días antes de ponerme en sus manos. Con algo de miedo, no voy a negarlo, aunque con la certeza de saber que nunca se pasa porque he visto las caras que “hace” y sé que sus resultados son muy naturales, me dirigí a su consulta.

Allí me volvío a explicar lo novedoso de esta técnica cuyo objetivo es la sujeccion de la estructura facial (huesos, ligamentos y músculos), ya todos ellos cambian con el tiempo e influyen en su forma de envejecer. Se restauran los volúmenes mediante rellenos faciales en el aspecto superficial de las líneas de expresión y arrugas y después  se abordan los cambios estructurales. Previamente se hace una valoración personalizada del perfil muscular y óseo que se tenía a los 30 años y se utilizan diferentes principios activos (ácido hialurónico de distintas densidades, bótox, hilos reabsorbibles, silicio,…) con misiones distintas: anclar, rellenar, relajar, revitalizar, según las necesidades de cada rostro sin cambiar la fisonomía ni aportar volúmenes falsos (me horrorizan esos pómulos prominentes que lucen algunos rostros). Es un tratamiento a medida cuyos resultados se prolongan en el tiempo entre 8 meses y un año dependiendo de los casos.

En casa, una hora y media, antes del tratamiento, que duró casi dos horas, me apliqué una crema anéstesica para mitigar las molestias de los pinchazos y he de decir que algunos no duelen, otros molestan un poco y algunos bastante (pero eso depende de la sensibilidad de la piel de cada una). En el caso de los hilos, me puso de distintos tipos (normales, tornados y reticulados y mientras los primeros ni los noté, los otros sí). Al terminar, tenía la cara un poco dolorida pero nada que no solucionase un paracetamol. En mi caso me salieron tres pequeños hematomas que duraron aproximadamente una semana y que tape con corrector y nadie se dio cuenta de que los tenía.

Según la doctora el resultado óptimo lo vería a los dos meses, más o menos, pero ahora, que sólo hace un mes, es más que evidente. Y no porque mi cara haya cambiado que no (pedí que me dejase mis arruguitas en el contorno de los ojos y de los labios). Lo que ha cambiado es mi piel, está más jugosa, más luminosa, con más densidad y eso es lo que me nota la gente y sobre todo lo que me noto yo. Mis gestos y mis expresiones siguen siendo los mismos que es de lo que se trataba.

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