55. Un aniversario con doble rima se merece toda mi atención y más si se trata de un cumpleaños de un cosmético. Normalmente, entre las novedades (que siempre son lo más de lo más y nos van a quitar la celulitis, o las arrugas, o las manchas o lo que requiera la consumidora), las reformulaciones para no quedarse desfasado y los caprichos del mercado es difícil mantenerse en la palestra cosmética más allá de 5 años. Y el Fluido de Belleza 14 de Carita ha superado la permanencia en nada menos que 50 años.

Las hermanas Carita, españolas por cierto, se marcharon en 1956 a probar fortuna en París. Cuando nadie, absolutamente nadie, hablaba de la belleza integral, de lo holístico, de lo multifuncional, estas dos mujeres decidieron establecerse en la capital gala y abrir un centro de estética totalmente revolucionario, en el número 14 de la Rue du Faubourg Saint-Honoré, en el que la belleza global era su lema y “revelar la belleza única de cada mujer” su objetivo a través de unos tratamientos en cabina que nadie practicaba. Dicho y hecho porque el mismo año que se instalan, lanzan al mercado el mítico Fluide de Beaute 14, un aceite seco ultranutritivo para cuidar rostro, cuerpo y cabello. Con su nombre este producto rendía homenaje a la École de Saint Honoré de la que salían las mejores esteticistas, se desarrollaban fórmulas inéditas y se estudiaban técnicas de masaje que aún no han sido superadas.
Lo mismo que no tengo pelos en la lengua para decir que un producto no responde a sus promesas, también sé rendirme a la evidencia de los placeres de un aceite tan rico como el de Carita, que es algo así como mi aceite de cabecera, sobre todo en verano. Lo uso para resguarecer mi cabello de los vientos, sales y rayos uva cuando me paseo a la orilla del mar o me sumerjo en sus aguas; lo uso para nutrir mi cuerpo y mi rostro cuando noto la piel tirante; lo uso para sublimar el leve dorado que adquiero en verano; lo uso para darme masajitos en las piernas cuando llego agotada a casa; lo uso para revitalizar mis manos y mis pies. Lo uso siempre que puedo. Y lo uso tanto que quiero probar el ritual que los artesanos de Carita han inventado para conmemorar sus 55 añitos. Un ritual que se realiza en cabina y que combina las técnicas y los productos más emblemáticos de la firma. Un lujo para los sentidos y para la piel, pero un lujo que requiere una visita a París, porque es exclusivo de La Maison de Beauté de París… Quizás en otoño, cuando los Campos Elíseos se cubren de hojas de arce y la luz se convierte en un espectáculo, decida renovar mis votos de amor por el Fluide de Beauté y desearle que perdure otros 45 años, y que celebre su centenario por todo lo alto.

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