Regreso al futuro… en clave ‘fashion’, por CLARA I. BUEDO

Qué vértigo da la moda. Todavía no se han revelado en las tiendas las nuevas propuestas de primavera ni se han desglosado en las revistas las tendencias más ‘hot’ de la estación, pero ya tenemos un aperitivo de cómo vestiremos el próximo otoño, cuando aún seguimos dando caña a los must have del que no hace ni un mes empezó. Los calendarios de la moda vuelven loco a cualquiera.

 En pleno proceso de asimilación de la temporada que se aproxima, ya hay que tener las miras puestas en la que le sigue, de forma paralela a la presentación al público de las colecciones de primavera, empiezan a desfilar los repertorios del próximo otoño con las colecciones “Pre-Fall”.
Antaño solo había dos grandes colecciones en torno a las que giraban todos los cambios en la moda: primavera-verano, otoño-invierno. Cada seis meses se revisitaban las tendencias, se renovaban los armarios, pero ahora, a las dos grandes líneas maestras del año, se le suman las “entre-temporadas”: resort o crucero y pre-fall, además de las colecciones cápsula que se insertan entre medias cuando requiere la ocasión, las “joint-ventures” o colaboraciones entre tótems de la moda, las ediciones especiales o limitadas, o las nuevas líneas que se van sumando cada semana en los fenómenos del fast fashion. No hay quien se aclare.
Pero lo más paradójico de todo es que, instalada en mi pleno invierno todavía con la “capa camel” cubriéndome los hombros, he dejado de lado los “flecos” del próximo verano para centrarme en las claves de lo que será la próxima moda de Otoño.

Mientras saboreo los matices del futuro mi vista y mente se van a las imágenes del pasado, aquellas mujeres de los setenta que se pavoneaban con patas de elefante en las revistas más ‘in’ del momento. Ya no es que las décadas pretéritas sirvan de inspiración a las grandes firmas del prêt-à-porter, es que se emulan hasta sus más ínfimos detalles. Maquillaje, peinado, complementos, accesorios… hasta la decoración que sirve de fondo.
Y mientras intento tocar tierra para no perder el norte entre tanto giro temporal, recuerdo aquella película de mis años teen, Regreso al futuro (1985), de Robert Zemeckis, y me siento como sus protagonistas atrapada en una máquina del tiempo y me mareo porque no consigo saber si lo que estoy viendo son escenas del futuro o flashes del pasado que regresan para dar color y forma al presente. Menudo jaleo. Los setenta del XX se están instalando con fuerza en el primer año de la segunda década del XXI. Y si pensábamos que el hippy de esta bucólica década iba a ser la efímera estética del verano sin visos de continuidad, nos equivocamos porque la antesala de la estación —el Pre-Fall— ya avisa de que el patronaje más retro de la Historia de la moda ha sido el leitmotiv de muchas grandes firmas.

Marc Jacobs extiende los cánones setenteros del verano al invierno y los explota tanto para su propia firma como para la francesa Louis Vuitton.

En Gucci, se pueden ver las imágenes más “Gucci”, esas que fueron gestadas en los albores de la firma florentina cuando Guccio Gucci era un auténtico referente de los complementos. Se ha hurgado hasta el fondo de los archivos de la casa para retomar sus códigos, su esencia, su genuino ADN.

Otras, como Halston, un icono de los ’70 y la imagen glam de la noche neoyorquina, ha aprovechado el tirón de la tendencia setentera para recuperar la hegemonía que tuvo antaño. Todos ellos nos entretienen con un repertorio nuevo, sí, pero basado en parámetros estéticos añejos. Mientras tanto, nos queda el anhelo, la esperanza de que algún día no muy lejano del futuro dejemos de vestir como nuestras madres y abuelas en el pasado. Innovación, la moda reivindica…