Como ser una It Woman a los 50. Vienen curvas, por Marián Vila

Por las fechas en las que estamos, debería de hablar de San Valentín, igual hasta lo estabais esperando… pues nada más lejos de mi intención. Me lo he planteado, no creáis, pero iba a estar cargado de negatividad. Enamorada o no, siempre he pensado que el 14 de febrero es como un domingo que puede caer entre semana. Uno de esos domingos de resaca emocional en los que el cuerpo te pide sofá y manta y, sin embargo, te obligan a repartir amor a diestro y siniestro.  Hasta el moño de los cientos de mails que me llegan al respecto, ofertando todo tipo de cursilerías para regalar, hacer o compartir. ¡Conmigo que no cuenten! Se que quizás esta afirmación no te libre de una semana entera viendo como tus amigas o como tus compañeras de trabajo se pasan caritas y corazones a través de sus smartphones como si fueran querubines en celo, o teniendo que leer en Instagram hashtags que aumentan tus ganas de exterminar a la humanidad, pero es lo que hay. Lo afrontaremos juntas,  estoicamente, con paciencia y serenidad.

Mientras tanto, vamos con lo que nos ocupa, porque como te he dicho el tema de hoy va por otros derroteros. Vamos a celebrar algo, eso seguro, pero va a ser un amor sin contrario, el amor a una misma, el amor a nuestras maravillosas, fantásticas y sensuales curvaturas. Y es que estamos de suerte mujeres del mundo. Se acabó la dictadura de los cuerpos “lápiz”. Para todas aquellas que ya estén pensando en lanzarse en plancha a la oferta de tratamientos de belleza propios de la época y hacer grandes propósitos de enmienda, tengo buenas noticias… Celebremos el retorno de las siluetas curvilíneas, la cintura bien marcada, los muslos contorneados, las caderas contundentes y los glúteos diseñados con compás. La última moda es el “cuerpo de corsé”.

No se puede hablar de mujeres con curvas sin mencionar a Marilyn Monroe, el símbolo sexual femenino por excelencia. Marilyn poseía el perfecto cuerpo de reloj de arena y le gustaba tanto mostrarlo que se dice que incluso exigía usar ropa que pareciera estar cosida a su piel. Sus medidas exactas son un misterio, pero desde luego están muy alejadas del 90-60-90 que se entienden como perfección. Tampoco podemos pasar por alto a la exuberante Sofía Loren, que nunca temió mostrar sus prominentes curvas y su gran sex appeal. “Todo lo que ves se lo debo al spaghetti”, afirmaba la italiana.

De acuerdo con que la belleza es un concepto relativo, y como tal, la delgadez extrema está llamada a pasar a la historia en pos de una silueta más real, donde las “buenas formas” recuperan el papel protagonista de antaño. Como consecuencia hoy hay una apertura a modelos plus size dentro de la industria de la moda y la publicidad. El público ha comenzado a exigir cada vez más que las marcas muestren cuerpos naturales y que dejen de retocar las imágenes, y en realidad ha habido muchos cambios, los medios han comenzado a dejar de juzgar tan despiadadamente y los cuerpos curvilíneos son lo de hoy.

Un ¡por fin! que se deja oír desde las portadas de las principales revistas, comienza a tomar posiciones sobre las pasarelas, sobre los escenarios y tras las cámaras. Como ejemplo, la conocida revista Sport Illustrated una de las publicaciones más explosivas del mercado por sus populares portadas con cuerpos espectaculares, tersos y oleaginosos de la talla de Irina Shayk y Adriana Lima se ha dejado seducir por la famosa modelo “curvi”, Ashley Graham, demostrando que el atractivo y la sensualidad no guardan relación con la talla, la edad o el peso. La personalidad y confianza en sí misma, así como su belleza, absolutamente compatible con sus curvas, han convertido a esta “activista del cuerpo”, como ella se considera a si misma, en una de las modelos más solicitadas.

Muchos fueron los que criticaron a la revista por “ir tan lejos” en esta edición, pero de lo que no cabe duda es que cada vez más modelos y actrices están arrasando en portadas, pantallas y pasarelas.  Como ella hay otras plus size top como Tara Lynn, quien cuenta en varias entrevistas que le parece irónico que su cuerpo, que tanto tiempo la acomplejó, le haya servido para pagarse su carrera de Filología en un principio, y luego para hacerse rica. ¡Y esto es imparable!

El cine también ha vuelto a apostar por un arquetipo de belleza más real, prueba de ello son las actrices más demandadas y mejor pagadas de Hollywood: Sofía Vergara, Scarlett Johansson, Christina Hendricks, Kate Winslet, Penélope Cruz…

Y si pensamos en el Star System, no hay más que verlas como pisan sobre el escenario, las caderas anchas y las ornamentales cinturas se mueven a ritmo pegadizo de un lado para otro. La temperatura sube cada vez que aparecen contoneándose con su espectaculares estilismos, brillantes y pegadizos como una segunda piel; algunas de ellas han puesto precio a sus millonarias posaderas, otras a sus poderosas piernas, hablamos de Beyoncé, Rihanna, Jeniffer López  o Nicki Minaj.

Se acabó el vendernos el modelo de mujer delgada como ideal de belleza femenino del siglo XXI. ¿Ideal para quién? Para nosotras no, desde luego. ¿Para ellos?, tampoco. Está científicamente demostrado que los hombres tienden a considerar que son más atractivas las mujeres con curvas.

Hasta el momento, esto se había vinculado a una mayor fertilidad, una mejor capacidad para procrear y una esperanza de vida más larga, pero nuevas vías de investigación sugieren que la figura popularmente conocida como “guitarra” o “reloj de arena” bien podría ser un indicador de inteligencia. Y también entran en juego los instintos más primarios. Por ejemplo, un reciente estudio ha demostrado que la visión de una voluptuosa mujer produce el mismo efecto en el cerebro de los hombres que el que experimentan al consumir alcohol u otras sustancias estupefacientes.  Droga dura, diría yo.

Y como no podía ser de otra manera, te dejo con las mejores curvas, las de Beyoncé y también con uno de sus mejores temazos: Single Ladies.