Cuando la vida pasa a 300 km/h y solo tienes un nanosegundo para tomar la decisión correcta, dudar no es una opción. Cometer errores está prohibido: medio grado más de inclinación en la próxima curva y te vas al suelo. La bandera a cuadros está todavía a un mundo de distancia, en una galaxia muy, muy lejana. Bajo el casco, Marc suda gasolina de alto octanaje mientras visualiza la salida perfecta. Cuando se mueve, el cuero de su mono de competición emite un leve crujido, parecido al crepitar del fuego, que se pierde entre la atronadora melodía que los motores de los demás pilotos interpretan a su alrededor. Es complicado pensar con claridad cuando estás sentado sobre una máquina de 230 caballos y 1.000 centímetros cúbicos. Una bestia de 160 kilos que ruge con la fuerza de cien leones. En el momento en el que se apaga el semáforo y abre gas a tope, la razón se queda aparcada en el box, junto a la moto de reserva, y es el instinto el que pilota. Respira hondo y trata de controlar un relámpago de adrenalina que le recorre el cuerpo, de la cabeza a los pies, como una serpiente eléctrica. Dominar todas estas emociones sin perder la concentración está al alcance de muy pocos. Y Marc Márquez es uno de los elegidos. Por eso, el fin de semana pasado se alzó con su quinto título mundial, el tercero en la categoría reina.
Y eso que, quince días antes, durante la presentación de su primera fragancia en el Matadero de Madrid, aseguraba que veía muy difícil ganar el campeonato en el Gran Premio de Japón. Pero como para Marc no hay nada imposible, lo hizo. Caníbal, extraterrestre, el trueno de Cervera… así lo llaman cuando se sube a su Honda RC213V. Pero, en cuanto se quita el casco, no deja de ser un chaval de 23 añitos con la simpatía propia del que disfruta haciendo lo que más le gusta: volar a ras de suelo. Su talento, su juventud y, sobre todo, esa normalidad extraordinaria con la que vive su vida fueron claves para que Puig se fijase en él y le propusiese crear una fragancia a su medida. El resultado es Hero Sport (9,99 € / 100 ml) un eau de toilette “fresco, alegre y con chispa”, en palabras del propio Márquez. Esto se traduce al universo olfativo en una composición de acordes marinos, ozónicos y especiados, con una salida cítrica de pomelo y un fondo de cuero y musgo. Un perfume muy natural, bien hecho y fácil de llevar recomendado para jóvenes que parecen normales, pero que en realidad no lo son.
