Mira que se les ocurren cosas raras a los seres humanos. Quién sería el primero al que se le pasara por la cabeza poner, por ejemplo, a confitar bacalao en aceite a fuego muy suave (80º C). Por otro lado, asar en el horno cuatro tomates, un ajo y un pimiento rojo. Una vez con las verduras asadas, preparar un salmorejo, triturando todo con una lata de mejillones en escabeche y añadiendo, poco a poco, un chorrito de aceite. Pero qué me dices que luego se le ocurriera pasar por el chino y poner a punto de sal, aceite y vinagre todo este batiburrillo y reservar y servir luego ese salmorejo templado en el fondo de un plato y poner encima el lomo de bacalao confitado y decorar con hierbas… Esa persona a la que se le ocurriera semejante maravilla es genial. Pues esto no es nada comparado con el primero al que se le ocurrió utilizar el chocolate para aplicártelo sobre la piel. Ese sí que merece un premio. Es que, verán ustedes, resulta que estuve en un balneario extremeño, en la provincia de Cáceres, en un pueblo que se llama Hervás y me hice una cosa que se llama cobertura de chocolate, que es lo más.
Resulta que te desnudas… Yo, al menos, lo hice, porque me lo dijo la chica del balneario y porque pensé que si se trataba de un tratamiento para la piel, pues casi iba a ser mejor quitarme el jersey y los pantalones. Así que, así lo hice. Una vez casi en pelotillas, porque te dejan un tanguita desechable que te da una imagen super sexy, te unta la chica citada anteriormente, con una pasta de naranja de efectos exfoliantes, que huele de maravilla. Después viene ya lo del chocolate propiamente dicho. Poquito a poco, lenta y delicadamente, la chica en cuestión te va cubriendo de chocolate derretido y te vas dejando embriagar por un aroma maravilloso y dulce hasta quedar completamente forrado. El siguiente paso consiste en la envoltura real, porque te embalan con una sábana de plástico y te dejan ahí un buen rato, relajándote entre vapores de cacao y la música suave que se intuye de fondo. Mientras te dejas adormecer y tu cuerpo queda laxo y sosegado… ¡Ay, que me estoy durmiendo! Me ha faltado un pelo. De repente me he dado cuenta de que un hilillo de baba me corría por la comisura derecha y al pegar un cabezazo me he despertado. Menos mal, porque si no, me abro la cabeza contra el teclado. Es que esto del chocolate es lo que tiene, que es tremendamente relajante. Bueno, pues acabo contando que después de disfrutar de ese maravilloso letargo, viene la misma chica de antes, te despabila y te dice que te duches. Normal, porque no te vas a ir así, como un conguito, por todo el hotel. Pues una vez duchadito, te vuelves a tumbar en la camilla y la amable señorita te despide con un masaje relajante con aceite de almendras aromáticas o no sé qué, que ya es lo que te falta para irte a la habitación flotando. Pues esta fue mi experiencia. El único momento en que me estresé un poquillo fue cuando pensé que me iban a enroscar los bordes de la envoltura de plástico y me iban a vender como bombón. Porque estando yo ya buenísimo de por sí, imagínense además cubierto de chocolate… Realmente habría sido uno de esos bombones de licor tan ricos, porque como el tratamiento me lo hice después de comer, llevaba ya en mi interior dos pacharanes.  

Hale, bonit@s Feliz Navidad. 
P.D. Pues me han dicho que hay un sitio que te hacen tratamientos con vino. Lo que pasa es que me imagino que te pondrán también de picar mientras estás en el jacuzzi de tinto y al final, en vez de perder unos kilillos con los tratamientos, saldrás más gordo. En fin, ya veremos.

3 Comentarios

  • Silvia Quirós
    Posted 16 December, 2011 3:24 pm 0Likes

    que pasada! gracias por compartir

  • JCArlos
    Posted 18 December, 2011 11:58 am 0Likes

    jajajajajaja

  • Lenne
    Posted 21 December, 2011 1:46 am 0Likes

    No conocía este sitio!!:) soy de Badajoz asique me lo apunto porque tiene que ser una delicia! Saludos y felices fiestas!!

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