Adicto al amor”. “Devoto de la vida”. “Luchemos contra el aburrimiento“. Ya me diréis quién no firma tales premisas. Con esas palabras escritas en una tarjeta y anudadas a una bolsita que contenía una galleta en forma de corazón empezó el viaje al resort Asia Gardens (en Benidorm) donde Yves Saint Laurent presentaba a la prensa la última creación olfativa de la casa. Un acontecimiento aromático que dará que hablar.



Al pie de una de las siete piscinas climatizadas con las que cuenta el hotel alicantino, cuyos jardines recrean de forma inaudita los ambientes tropicales asiáticos – de los que ya os conté hace algunos post-, con una copa de Möet en la mano y una pashmina blanca sobre los hombros para disuadir la brisa nocturna, comenzó un espectáculo que sólo la sabiduría y el buen hacer de gente como Susana Arribas y Olga Bru –siempre vigiladas por Mª Rosa Olona– saben poner en escena. Sin preámbulos aburridos, sin historias interminables y con las palabras precisas, nos dieron a oler “la más ardiente de las aguas frescas”, Saharienne. Acostumbrada a las creaciones de YSL, dónde la mítica Opium se lleva la palma de lo oriental y a mí dicho sea de paso me tumba, no esperaba yo encontrarme con unos acordes olfativos tan afines a mi pituitaria, que es más fresca que otra cosa. Lo cítrico se combina de maravilla con las flores blancas como el jazmín y persisten en la nariz gracias a la presencia de la grosella negra, el ámbar y un ingrediente tan inesperado en un perfume como la sal.

Inspirada en las escapadas que el rey de la casa, el propio Yves Saint Laurent, realizaba al Mediterráneo más bohemio y relajante de los 70, la calidez y la luz de aquel Marrakech cuna de artistas queda reflejado en una fragancia que es a la vez fresca y persistente, sutil e intensa. Una partitura aromática sencilla y compleja al mismo tiempo, fruto del talento de una pareja de narices, una femenina: Anne Flipo, y otra masculina: Carlos Benaïm. Mi primera impresión, rodeada de glamour y champagne fue excelente, pero no queriendo dejarme llevar únicamente por las buenas vibraciones del momento, me guardé el bouquet que me dieron para aspirarla por primera vez entre las hojas de la Moleskine que me proporcionaron junto con el foulard blanco para que tomara notas. Hoy, para escribir este post, lo he sacado de su escondite; libre de cualquier interferencia que obnubile mis sentidos, he inspirado de nuevo sus notas, han perdido la chispa cítrica de la bergamota y el limón, pero mantiene una frescura cálida y acogedora que ha “aguantado” sin empalagar. Si, como nos dijeron en la presentación, YSL necesitaba incorporar un aroma fresco sin renunciar al buen “sillage” que caracteriza las fragancias de la firma, Saharienne es un fichaje de éxito. Estilo y glamour a un precio muy ajustado a los tiempos que corren: 55 euros los 50 ml. Le auguro una larga vida, al menos yo, la usaré.

2 Comentarios

  • Paxindia
    Posted 11 April, 2011 9:24 am 0Likes

    Tengo que probarla, la primera que sacaron hace dos o tres años me enamoro( escala portofino creo) aunque no tenia mucha durabilidad.

  • sirocox
    Posted 25 April, 2011 7:38 pm 0Likes

    Me encanta la opium para algunas ocasiones.
    Tengo que oler esta.

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