UN AÑO NUEVO SIN HUMOS

A estas alturas del año, y de la legislación, Sara Montiel se habría quedado helada cantando su “Fumando espero…” en la puerta de cualquier garito. Porque lo que es dentro de… ya no se puede fumar casi en ningún sitio. Todos, fumadores y no fumadores, sabemos lo perjudicial que es el tabaco para la salud, y para la belleza, y sin embargo todavía somos muchos los que no podemos resistirnos a fumar un cigarrito en la sobremesa. ¿Somos unos enfermos? Quizá pero lo que desde luego no somos, como muchos nos han pintado, es unos delincuentes sin escrúpulos que parece que únicamente fumamos para “fastidiar” a los no fumadores.

Los que siempre hemos consumido tabaco en los sitios reservados para ello (siempre los peores como corresponde a unos “apestados” como nosotros), o hemos respetado a los no fumadores no entendemos esta persecución. ¿Que costamos mucho dinero a la Seguridad Social? Seguramente. Lo que no sé es si con los impuestos que se recaudan con la venta de tabaco el tema económico se compensa. Debe ser porque lo que no se entiende es que al tiempo que se prohibe fumar en los sitios cerrados se permite la venta de tabaco en más lugares que antes. O yo soy tonta o no lo pillo. También las cirrosis por alcoholismo cuestan mucho dinero y no se prohibe la venta de alcohol en ningún sitio. Habrá quien diga que los borrachos no perjudican a los demás, que sólo se hacen daño a sí mismos pero ¿Cuántas muertes hay en las carreteras provocadas por conductores con unas copitas de más? En fin,… podría seguir pero para que no me acusen de demagógica, de politicamente incorrecta o de hacer apología del tabaquismo no lo voy a hacer. Se que fumar es malo –hasta ahí llego– pero es peor seguir permitiendo que las tabaqueras inflen los cigarrillos con cientos de sustancias nocivas y adictivas pero es lo que hay. Pues bien como tarde o temprano habrá que dejar de fumar sí o sí, hay empresas que se están poniendo las botas con la prohibición. Hasta ahora y por lo que he visto entre mis amistades uno de los mejores métodos para dejar de fumar son las Champix, unas pastillas para las que se necesita receta médica.

Y para quitar el mono de tener el pitillo entre los dedos van muy bien los típicos cigarrillos mentolados de toda la vida o los electrónicos como Cigar-Clean. Tiene el mismo aspecto de los cigarros convencionales pero no contienen nicotina ni otras sustancias nocivas para la salud como el alquitrán o el propylene glycol.  Al no suponer un riesgo para la salud, pueden utilizarse en cualquier sitio, ya que sólo contienen excipientes e ingredientes de grado alimentario recogidos en el Codex Internacional. Cigar-Clean se presenta en 4 formatos diferentes y sus precios oscilan entre los 10,50 € y los 80 €. Eso sí son recargables, o sea que duran y duran y pueden elegirse diferentes sabores.

Y para los que no se resistan a abandonar el perfume del tabaco en su piel o en su ropa la firma de perfume franceses Etat Libre d´Orange les ofrece su perfume Jasmin et Cigarette. una sugerencia de jazmín mezclada con el olor, hasta ahora olvidado en perfumería, del cigarrillo. Entre sus ingredientes nos encontramos jazmín puro, tabaco, heno, albaricoque, haba tonka, cúrcuma, cedro, ámbar, almizcle… (50 ml- 59 €)