Los que me conocen saben que soy un hombre que se cuida y mucho. Puede ser, ¿para qué negarlo? Hace tiempo que los hombres vivimos libres la belleza y el placer de cuidarnos. Y yo lo cumplo a rajatabla. Me gusta tener buen aspecto. Siendo RRPP y periodista de belleza creo que tener la piel, el pelo y la barba en perfecto estado son 3 básicos que hay que practicar.

 

Lo cierto es que durante la cuarentena estoy mimándome más que nunca. El estar en casa y la pereza no han podido conmigo. Incluso he aprendido a querer a mi pelo rizado. Pero de eso ya os hablaré más adelante porque soy una persona organizada (con un poco de verborrea también, para qué engañarme y engañaros) y hay que empezar por el principio.

Cuando me levanto por la mañana ya no me ducho. Ojo, que sí que lo hago, y todos los días (incluso los domingos). Lo que pasa es que he cambiado el momento.

Cuando desayuno, me tomo una cápsula de Jalea Real de Marnys. Siempre está en mi rutina y ahora más. Es todo un chute de energía y me viene muy bien para llevar el día a día con fuerza y ganas. Luego realizo unos estiramientos para colocar el cuerpo y empiezo mi rutina de cuidado facial matutina.

Lo primero que hago es pasar un disco de algodón sobre la cara (incluida barba) humedecido en agua micelar. Soy fiel a Sébium H20 de Bioderma. Perfecta para mi piel mixta y grasa. Luego aplico, también con disco de algodón, el tónico Balance Tonic de Sileä para equilibrar el pH y regular la producción de las glándulas sebáceas que, en mi caso, son muy rebeldes. En cuanto me descuido aparece un granito y… no me apetece recibir visitas inesperadas en estos momentos.

Cuando empezó el confinamiento, analizando profundamente mi piel, descubrí unas manchas cerca de las mejillas. Mientras espero a poder echarles un ojo con un especialista, he empezado a probar un producto de Lierac que tenía en el armario grooming esperándome como agua de mayo. Es Lumilogie Double Concentré Corrección manchas. Lo aplico día y noche, después de la limpieza y antes de cualquier crema. Como si fuese un ‘primer’ y solo en la zona ‘manchada’. Es de textura ligera y estoy notando como poco a poco las manchas se van difuminando. Siguen ahí, pero con menor intensidad. Así que parece que el desenlace de esta historia tiene buena pinta y voy a ganarles la batalla.

Luego, aplico contorno de ojos. El último que he probado es Mel13 Eyes de Pharmamel, con melatonina ¡y es estupendo! Es una firma granadina, por si queréis cotillear. Y ahora estoy usando por las mañanas Age Defender Eye Repair de Kiehl’s. Posee un gran efecto lifting y parece que el color de las ojeras (efecto-panda) se va a atenuando.

Seguidamente, como estoy muchas horas delante del ordenador tele-trabajando, he aprovechado para probar el Sérum Blue Techni Liss Concentré de Payot. Este producto protege la piel de la luz azul. Que como sabéis también acelera el envejecimiento… Así que si estáis como yo, pegados a la pantalla, os lo recomiendo. ¡Está siendo un auténtico descubrimiento!

Y, para terminar, extiendo sobre el rostro Farmaskin+ Mattifying Cream de Niche Beauy Lab. Una crema facial matificante con tecnología anti-brillos formulada para pieles mixtas y grasas. Nunca había probado nada de este laboratorio español y lo recomiendo porque tu piel nota al momento como trabaja la crema. A medida que vas usándola se perciben menos imperfecciones, se regula el exceso de sebo, la piel está baste lisa, suave… ¡Una pasada!

Para la barba, aplico un poco de Softer Touch Beard Oil de House 99 by David Beckham. Luego paso un peinecito y aprovecho también para peinar las cejas.

En cuanto a fragancias, últimamente opto por una de bebé básica o, el día que estoy más pro, Ck One de Calvin Klein. Y sí, siempre intento arreglarme un poquito, aunque sea para trabajar en casa. Soy de ese clan anti-pijama, qué le vamos a hacer. Recordad que me peino las cejas. Ahí está el nivel.

Y después de todo esto… ¡directo al ordenador!

Pero la rutina matutina no acaba aquí…

Como la piel, al estar en casa, se deshidrata mucho más, tengo justo al lado de la pantalla del ordenador Eau de Beauté Rosamélis de Embryolisse. Cuando noto que tengo la cara un pelín tirante pulverizo un poco y fulmina por completo esa sensación. Además, huele que te mueres: combina 4 aguas florales de origen natural con propiedades purificantes, suavizantes y tonificantes.

También, cerca del ordenador, tengo varias cremas de manos. Soy un loco de estos productos. Siempre las tengo ásperas y ahora, con todo lo que me las lavo, todavía más. Mis favoritas son Eight Hour Cream de Elizabeth Arden y Crema de Manos y Pies Regeneradora Intensiva de Bioxán con prebióticos y la concentración más alta de vitamina E del mercado.

Dependiendo del día o el momento aplico una u otra. Si tengo la necesidad de impregnar las manos de una textura densa, opto por la primera. Si las tengo secas y necesito trabajar al momento, elijo la de Bioxán, que es más fluida y se absorbe rápidamente.

Cuando apago el ordenador, descanso un pelín para desconectar y, después de las 20:00, me pongo a hacer mi rutina de ejercicios. Incluir una tabla no es nuevo para mí. Me gusta hacer deporte y ahora hay que moverse más que nunca. Antes la hacía solo, pero ahora me entrena por videollamada Antonio Ángel de Radical Trainer. Su método se nota al día siguiente: agujetas por doquier. Pero sé que merecerá la pena. Todo sea por seguir manteniendo el tipín.

En la ducha me lavo el cuerpo con jabón neutro y aplico aceite corporal. Me cuesta echarme crema en el cuerpo, así que adelanto en la ducha y ya hago el click en mi cabeza (truquito).

Y el pelo… ¡Ay, el pelo! Ya hemos llegado a mi momento favorito. ¿Recordáis que tropecientos renglones más arriba os contaba que durante esta cuarentena he aprendido a querer a mi pelo rizado? Pues amigos y amigas, ¡estoy locamente enamorado de él! Y es gracioso porque antes lo odiaba.  Lo mío con mi pelo es como ese tío del que dices “bah, yo con este ni agua” y al final, con el tiempo, te llevas una sorpresa y acabas compartiendo hipoteca y casa en la playa. Pues así.

Desde que tengo uso de razón (que es bastante, porque uno ya tiene una edad, 35 para ser exactos) siempre he planchado, rapado, ondulado y alisado mi pelo. A ver, me gusta jugar, para qué negarlo. Pero en realidad todo ese juego era para no percibir su verdadera naturaleza. Solo amaba mis rizos durante mis vacaciones en Cádiz. El efecto del mar gaditano sobre él es fantástico. Pero ahora, dentro de estas 4 paredes, y gracias a la cuarentena (miremos el lado positivo), he descubierto que mi cabello ensortijado no está nada mal y creo que cuando todo esto acabe seguiré con mis bucles ‘al aire’ y los luciré orgulloso.

He de decir que siempre he sido un obsesivo del pelo. Seguro que ya lo habéis notado con la historia anterior. Pero a lo que me quiero referir es que lo he cuidado muchísimo, toda la vida. Lo he llevado de mil formas y colores diferentes (decolorado y hasta pelirrojo, incluida la barba) y siempre ha estado sano y suave. Creo que el cuidado capilar es mi fuerte.

¿Mi secreto ahora para tenerlo rizado, rubio y sedoso? Es sencillo. Siempre hago doble lavado y sin una periodicidad marcada. Es decir: me lavo el pelo cuando veo que lo necesita. Al final el pelo es como la piel, te lo pide sin que tú se lo preguntes. Pero si te es difícil mantener una conversación con tu cabello, lo ideal son 3 veces a la semana, aproximadamente.

El doble lavado lo hago, primero, con un champú que potencie el rubio y aporte luminosidad. Porque sí, aunque no os lo creáis, soy rubio natural. Mis favoritos son Okara Blond de René Furterer y Champú a la camomila de Klorane. Aplico poca cantidad y lo extiendo bien por todo el pelo. Luego, enjuago y a por el siguiente que es, ahora, un champú para rizos de Pantene Pro-V. Seguido de su acondicionador. También suelo alternarlo con el tratamiento Phytodensia de Phyto, que aporta volumen y deja el rizo súper bonito. Es, sin duda, mi marca fetiche para el cuidado capilar.

Una vez a la semana, cambio el acondicionador de rizos por Sheer Blonde Go Blonder de John Frieda. Suelo hacerlo los miércoles. Y también una vez a la semana, los domingos, aplico la mascarilla Ultimate Repair Gliss de Schwarzkopf (siempre tengo que mirar la marca para escribirla correctamente). Aporta brillo y reestructura la fibra capilar.

Al salir de la ducha (y menos los domingos), seco con la toalla y, con el pelo húmedo, extiendo mi último descubrimiento. La mascarilla hidratante capilar sin aclarado R&B de Lush. ¡Me apasiona! Rehidrata el cabello, define el rizo y deja un aroma a jazmín y laurel súper adictivo. También aplico esta maravilla por las mañanas, para peinar el pelo seco antes de ponerme a currar. Su lema es “R&B permite adorar tus rizos en lugar de luchar contra ellos”. Y así ha sido. Es absolutamente la celestina que ha hecho que ame mi pelo.

Por la noche, antes de irme a dormir, limpio y trato mi piel. Ahora estoy utilizando para la limpieza Farmaskin+ Mattmethod Gel Purificante Oil Free de Niche Beauty Lab. Un gel facial sin jabón que elimina con suavidad las impurezas de la piel y ayuda a disminuir el exceso de sebo y a prevenir los brillos.

Ya en la cama, aplico contorno de ojos y sérum. Estoy probando NIOD Fractionated Eye Contour Concentrate. Combina 28 tecnologías clínicas para controlar y frenar los signos de envejecimiento en todo el contorno, incluyendo ojeras, hinchazón y patas de gallo. Y, seguidamente, extiendo por el rostro el Sérum Retinol B3 de La Roche Posay. Su fórmula regenera, unifica el tono y trata y previene las arruguitas. En cuanto al retinol, no tengáis miedo. Este es apto para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles. Pero si nunca lo has usado recomiendo que lo apliques en noches alternas hasta que tu piel se acostumbre.

Cuando acabe la cuarentena espero seguir manteniendo esta rutina porque mi piel está más que agradecida. Yo siempre intentaré hacer todo lo posible para tener la piel sana y llegar a la vejez con dignidad.

Geni, mil gracias por esta oportunidad. Ha sido toda una experiencia plasmar aquí todos mis cuidados durante la cuarentena.

Soy Arturo Gil, comunico ‘cosas bellas’ como coordinador de cuentas y relaciones públicas en A-List Comunicación y puedes leerme en la revista Esquire y en las webs de Marie Claire, Nylon Spain, Telva…  y en mi web de belleza masculina: www.theadonislab.com

Y, para rematar, si te atreves… puedes seguirme en Instagram @arthurgilbordes

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