El discreto encanto de la bergamota, por John Queras

Pocos ingredientes tiene tanta historia dentro del mundo de la perfumería como el aceite esencial de Citrus bergamia. De hecho, este néctar frutal ya se encontraba presente en la receta del Aqua Mirabilis, una fórmula medicinal creada a finales del siglo XVII por el boticario italiano Giovanni Paolo Feminis y que se considera la precursora de la célebre agua de Colonia. Esta esencia milagrosa, que se utilizaba para dar friegas y curar pequeñas infecciones, se elaboraba con una base de alcohol en la que se diluían flores de lavanda y naranjo, romero, limón y bergamota y dejaba en la piel un olor tan agradable que pronto conquistó a las exigentes damas de las cortes europeas.

Cientos de años después, este fruto de color verde oscuro, a medio camino entre un limón y una mandarina, sigue siendo un básico en la alta perfumería y se la puede identificar fácilmente en las notas de salida de casi cualquier composición, desde las más densas a las más ligeras. Fresca e intensa a la vez y de matices cítricos y dulces, es tan versátil que combina a la perfección con una gran variedad de familias olfativas, facilitando que los distintos elementos de la fragancia se complementen entre sí. Por cierto, y pese a que fue un visionario de la bergamota, el bueno de Giovanni murió en la más absoluta pobreza.

Hoy os traigo tres eaux de toilette perfectas para descubrir el discreto, pero inconfundible toque cítrico de la bergamota. Que las disfrutéis.