Aunque para la mayoría las vacaciones ya van tocando a su fin, muchos eligen los últimos días de agosto y el mes de septiembre para disfrutar de la playa. Para ellos y para los que, aunque ya en su casita, aprovechen las horas libres para broncearse vuelvo a la carga con una serie de recomendaciones “solares”. Como ya imaginaréis este verano he hecho una auténtica cata de protectores solares: he probado novedades de muchas marcas y clásicos que nunca fallan. Entre estos últimos quiero destacar dos de rostro, dos de cuerpo y algunos más de pelo.
Empiezo con la Créme Solaire Visage Anti-Age Fermeté con SPF 50 de la línea Progressif Anti-Âge Solaire de Carita (143,05€). Es de los primeros protectores que utilizo todos los veranos porque aunque en la cara nunca bajo del SPF 50, incluso en invierno, esta crema además de proteger la piel de los efectos de los rayos ultravioletas tiene propiedades antiarrugas y reafirmantes con lo que mientras tomo el sol estoy protegiendo y tratando mi piel. Y ese plus me parece estupendo. Ah, a la hora de aplicarla no olvidéis el escote. Yo siempre empleo en esa zona los protectores de rostro porque la piel del escote es bastante más sensible a las manchas y a las arrugas que la de los brazos o la tripa, por ejemplo.
Como after-sun facial he gastado, hasta la última gota, la Créme Aprés-Solaire Visage Lissante Réparatrice (112,67€) de la misma línea porque, siempre que se pueda, es recomendable emplear productos de la misma gama (tanto a la hora de protegernos del sol como de cuidarnos diariamente durante todo el año) ya que las fórmulas son complementarias y los efectos más notables. Esta crema, muy apropiada para las pieles maduras, además de “reparar” y prevenir los efectos del fotoenvejecimiento actúa sobre las arrugas y prolonga el bronceado. Como con la anterior, y con cualquier tratamiento de rostro, extenderla también por el cuello y el escote.
En el cuerpo, voy a destacar dos productos de Decléor, otra de las marcas a las que recurro todos los veranos. El primero es Aromessence Solaire Sérum Activateur de Bronzage Corporal (también lo tienen en versión facial y es maravilloso). Este sérum con aceite esencial de geranio, rosa damascena y camomila romana es una gozada tanto por su textura como por su aroma. Lo empiezo a utilizar unos días antes (entre tres y cinco días) de comenzar a tomar el sol y después, justo antes del protector. Sirve para preparar la piel, reforzar su protección natural, potenciar el bronceado y frenar el envejecimiento de la piel. Su precio, 54,96€.
Para proteger el cuerpo primero comienzo con un spf 50 y cuando lo acabo me paso al 30 y, con este índice de protección, me ha chiflado Huile d’Eté. Es un aceite seco en spray (que también sirve para proteger el cabello) y es resistente al agua, a la arena y al sudor (lo que no significa que no haya que reaplicarlo cada dos horas o cuando salimos del agua). Cuesta 30,84€ y deja la piel perfectamente hidratada ya que en su fórmula se incluyen dos tipos de aceites: el esencial de monoi el vegetal de coco.
Y, para terminar, entre los cuidados capilares que he prodigado a mi pelo este verano no han faltado los productos de Kérastase Soleil. De los seis productos que componen la línea y cuyas propiedades podéis ver en el post “Los tips de Eva Pellejero para proteger nuestro cabello del sol con Kérastase”, he usado a diario el champú (Bain aprè-soleil/19,95€) y he alternado la Lait Richesse (acondicionador/26,10€) con la mascarilla (Masque UV Défense Active/38,20€).
Y para protegerlo a diario me he decantado por el Micro-Voile Protecteur (24,90€) porque me resulta muy cómodo que sea en spray, que se pueda emplear tanto con el pelo húmedo como seco y porque, además de evitar el encrespamiento, no deja residuos en el cabello.