Realizarte un tratamiento en cabina de Sisley es adentrarte en un mundo olfativo de paz y armonía. Lujo y calidad a partes iguales de la mano de estupendos profesionales. Ese sería el resumen de la experiencia que viví la semana pasada cuando disfruté de un tratamiento facial iluminador e hidratante de la marca francesa.
Mi piel lo chupa todo, con la edad se va volviendo más seca y, por eso, he comenzado la rutina de belleza que me recomendaron aquel día. La estoy siguiendo al pie de la letra y comprobando, alucinada, los resultados: mi piel está jugosa, hidratada y con luz. Os la cuento:
Para despertar la piel por las mañanas empleo, en la ducha, su exfoliarte diario (Gel Nettoyant Gommant). A continuación, unos toques con la Lotion de Soin Essentielle, una loción nutritiva repleta de activos de gran eficacia antiedad, que según lo aplicas con la palma de la mano a golpecitos y sin masajear, sientes ya la piel tersa y luminosa (es mágico). Además, contribuye a incrementar la eficacia de los tratamientos posteriores, en mi caso el Sérum Global, una auténtica joya que te devuelve el volumen y la densidad necesaria para la piel.
Al salir del tratamiento, me aplicaron la máscara de pestañas que ya es sin duda mi favorita entre mis favoritas. Deja las pestañas bien densas, gordas, largas y espesas como a mí me gustan.
Y, además, me fui oliendo a rosas (nunca mejor dicho) gracias a su nuevo perfume: Izia, una fragancia floral deliciosa y suave que se inicia con bergamota blanca, pimienta rosa y aldehídos; continúa con rosa D’ornano y el frescor verde de angélica y se cierra con almizcle, cedro y un acorde ambarino.
Feliz semana !!!
