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Es curioso el mundo de las tendencias. Hay veces que de una forma incierta surge de la nada algo que nos hace perder la cabeza, nos volvemos fans y al cabo de poco tiempo lo abandonamos, matamos esa tendencia sin mucho más miramiento, termina defenestrada, como si nunca hubiese significado nada. Y otras veces, por caprichos de… ¿la moda?, ¿el márketing?, la tendencia da un giro de tuerca y consigue mantenerse en el ranking de los más deseados. Hablo de los zumos. Esa fiebre por los licuados que trajo el movimiento detox y low food, curas relámpago a base de frutas y verduras exprimidas que conseguían hacer maravillas en la piel, nuestros sistemas digestivos y el plantel celular. Surgieron marcas que ofrecían un repertorio de mezclas con muy buenos propósitos para purificarnos siguiendo un plan de entre 1 a 3 días. Una limpieza orgánica en toda regla. Luego llegó Isabel Preysler y santificó la tendencia al desvelar uno de sus más efectivos trucos de belleza: los licuados. Frutas y verduras por fin se pusieron en el lugar que siempre debieron tener en nuestra particular pirámide alimenticia: en la base. Pero claro… Ahora no vale cualquier licuado. Ahora el zumo tiene que ser de presión en frío o prensado (no licuado) para que todas las vitaminas, minerales, antioxidantes y enzimas de los ingredientes se mantengan intactos. Todos sabemos qué pasa cuando licuamos una manzana, por muy verde que previamente sea: se pone marrón. Esto es debido al proceso de centrifugado de las licuadoras tradicionales que termina oxidando el jugo, y esto revierte en una pérdida de nutrientes, especialmente de vitaminas muy sensibles a la oxidación como la C.

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La primera vez que escuché algo sobre esto no entendía muy bien la tendencia pero fui a Barcelona y descubrí por qué los zumos prensados son más sabrosos y nutritivos en dos sitios dignos de visitar: Mother Barcelona (motherbcn.com) y Teresa’s Juicery (www.teresacarles.com). Me sorprendieron su color y textura. Te invitaban a beber y beber como si frutas y verduras estuvieran en extinción. Llegué a Madrid y como no encontré ningún establecimiento de este tipo llevé la tendencia al extremo: me compré una licuadora de presión en frío. Me costó encontrarla, y baratas, precisamente, no son. Pensé que me estaba gastando el dinero una vez más en algo de utilización efímera que me entretendría un par de semanas, no más. Sin embargo he de decir que al menos un tercio de su precio ya llevo amortizado. Quién me lo iba a decir a mí que hace unos tres años lo único verde que entraba a mi nevera eran los envases de Florete. Y solo de vez en cuando. Ahora me he hecho una experta del blending, ese arte de mezclar todo lo que pilles por el frigo. He descubierto que el perejil no solo está para decorar la merluza al pil-pil. Si lo tomas crudo te beneficias de sus vitaminas C, A y K, es un gran tónico y purificador de la sangre y es un diurético natural. La primera vez que eché aquellos enclenques ramilletes de perejil en la licuadora pensé que se iban a volatilizar como el fuet de Casa Tarradellas, pero no, de pronto comenzó a salir un hilillo verde intenso que además de color, le dio un sabor peculiar a aquella mezcla de limón, jengibre, pepino, apio y manzana verde. Con cada sorbo sentía que mis células se estaban revitalizando. No sé si estaba influyendo más el poder de la mezcla o el de mi mente en sí. Pero funcionó. Aunque las tendencias no acaban aquí. Eso de descuartizar vegetales nos mola.

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Lo que este verano está causando furor en California son las bebidas infusionadas o detox water. Una fórmula ya manida en spas y balnearios de toda la vida con el agua aromatizada con rodajas de limón que ahora se reversiona y adquiere el estatus de auténtico elixir medicinal. La elaboración es bien sencilla, simplemente introducir en un envase (con tapa) de 1 litro aproximadamente agua con los ingredientes que prefieras, y dejarlo infusionar toda la noche para que el agua absorba las propiedades de los ingredientes. Se pueden mezclar frutas, verduras, hierbas aromáticas frescas, tés o extractos herbales. Son refrescantes, bajos en calorías y terapéuticos. Una moda surgida del movimiento DIY culture, o háztelo tú mismo, que está llenando de color instagram (https://instagram.com/detoxwater). Benditas tendencias, efímeras o inagotables, lo bueno de muchas de ellas es que, como dicen en mi pueblo, daño, no te van a hacer…

3 Comentarios

  • M Angeles Guerra Rodriguez
    Posted 5 August, 2015 11:44 pm 0Likes

    Me encanta hacer zumos, aqunque me dan curiosidad estos detox.
    Besitos

  • Iuliana Andreea Munteanu
    Posted 6 August, 2015 7:25 pm 0Likes

    Seguramente son muy sanos, pero a mi no me gustan nada 🙁

  • Luz Maria Casado
    Posted 30 October, 2015 6:31 pm 0Likes

    mi zumo favorito es de espinaca, piña y manzanas 🙂

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