He probado el tratamiento facial de Hervé Herau en Tacha Beauty

Desde que hace unos meses Natalia de la Vega me contó que había conocido a Hervé Herau y que estaba tratando de traerlo a Tacha, me moría de ganas por ponerme en sus manos. Y no porque fuese el facialista de Laetitia Casta, Carine Roitfeld, Melanie Laurent y muchas otras celebrities internaciales. Tampoco porque su tratamiento de una hora costase 500€ y solo se realizase, hasta ahora, en París. Simplemente con lo que Natalia me iba contando: que era algo nuevo, diferente a los tratamientos a los que estamos acostumbradas… y viendo como estaba su piel desde que se había puesto en sus manos y utilizaba sus productos bastaba para aumentar mi impaciencia. Y, por fin, hace un par de semanas lo conseguí. Me tumbé en la camilla para probar el famoso tratamiento facial de Hervé Herau.

Explicarlo no es fácil. No es sólo un tratamiento facial. Es mucho más. Hervé Herau es uno de esos magos de la cosmética cuyo leitmotiv es “devolver la luminosidad a la piel y restaurar nuestra armonía interior para ofrecernos un verdadero bienestar general”. Para él, la piel, además de ser la barrera protectora contra las agresiones externas, es también y ante todo un órgano vivo en el que se marcan nuestras vivencias y en el que se encuentran  informaciones escondidas a la vista, que él descifra y nos comunica. «La piel es el álbum de la vida», afirma y por eso vuelca todo su conocimiento e inspiración para dar un enfoque atípico al cuidado de la piel.

Os decía que explicar su tratamiento no es fácil porque hay que experimentarlo ya que con cada persona actúa de una manera diferente. Los suyos son tratamientos personalizados, a medida. Nunca repite ni los movimientos ni la mezcla de ingredientes (activos vegetales y aceites exclusivos) que pone sobre la piel. Según el propio Hervé, dispone de un don con el que además de devolver el esplendor a la piel desbloquea las emociones gracias a la mezcla de principios activos, todos de origen natural, y la energía que te transmite. El resultado: sales nueva de la cabina.

Él es encantador y transmite relax y “buenas vibraciones”.  Sus manos pasan por el rostro con gestos firmes pero suaves y con distintos grados de intensidad. Y, hacia la mitad del tratamiento, realiza un masaje de abdomen, presionando en determinados puntos para desbloquearnos, liberarnos del estrés y hacernos sentir mucho mejor.  En mi caso, la presión dolió bastante (él me decía que era porque estaba muy estresada) pero mereció la pena ya que los días siguientes al tratamiento me sentía con las energías totalmente renovadas.

A partir de ahora, además de en París, podremos disfrutar de sus manos en Tacha Beauty. Y quienes no puedan permitirse pagar los 500€ del tratamiento siempre pueden utilizar sus cremas  cuyos precios oscilan entre los 45 y los 115€ (yo llevo con ellas desde que me hice el tratamiento y estoy encantada). Su línea, que en España sólo se vende en Tacha, consta de 5 productos exclusivos  (dos cremas de rostro, una pomada, un agua de tratamiento y una crema de cuerpo) elaborados con ingredientes 100% naturales.