LFP, Liga Fatal de Pelo, por John Queras

Por quinto año consecutivo, la Federación Internacional de Fútbol, Historia y Estadística ha elegido la Primera División como la mejor liga del mundo, por delante de la Serie A italiana y la Premier inglesa. España 5-Resto del Mundo 0. ¡Ja! Está claro que únicamente han valorado los aspectos deportivos propios de la competición que, por otro lado, es lo que tienen que hacer. Porque si hubieran tenido en cuenta los méritos capilares de los jugadores, militaríamos, como mínimo, en la Tercera Regional. ¿La razón? Que por los campos patrios pululan todos los fines de semana (y entre diario también, que ahora hay fútbol a todas horas) un sinfín de crímenes contra la dignidad capilar que quedan sin su merecido castigo. Adictos a las crestas, promiscuos de las mechas, adoradores del styling, viciosos de los cortes asimétricos, incondicionales de las trenzas… De todo hay en los verdes campos del señor. Y es que parece que está mal visto entre los futbolistas de primer nivel lo de llevar un pelazo como mandan los cánones del bueno gusto. Así que, para evitar que los más jóvenes imiten los desatinos estilísticos de sus ídolos, he seleccionado un puñado de cromos del último álbum de Panini que muestran a las claras los looks que, bajo pena de rapado al cero, no deben lucirse sobre los terrenos de juego.

Para que nadie me tache de parcial, empezaré con un atlético porque ni siquiera el equipo de mis amores se libra de estos fiascos. La cresta de Giménez es perfecta para un concierto punkarra, pero no para rematar de cabeza. Y la de Thievy, del Almería, tampoco le anda a la zaga. Los tupés siempre me han parecido poco apropiados para la práctica de cualquier disciplina deportiva porque se ven primorosos en el pitido inicial pero, con el transcurso del partido y el exceso de sudor, van perdiendo volumen hasta convertirse en una visera informe poco favorecedora.

Los de Fede Vico, del Córdoba, o Rubén, del Levante, le quedarían estupendamente bien a Loquillo. Los desmanes con la gomina son otro de los pecados preferidos de los jugadores. En mi época, los productos de styling se utilizaban exclusivamente los viernes noche antes de ir a la disco.

A lo mejor Cristiano Ronaldo y demás yonquis de la fijación extra fuerte confunden el vestuario con un after hours demasiado iluminado. La melena savage de Angeleri, del Málaga, o las trenzas de Manucho, del Rayo Vallecano, son otras opciones poco acertadas y hablan por sí solas.

Eso sí, las fotos son de principio de temporada, por lo que puede que alguno haya entrado en razón y no luzca el mismo look en la actualidad. Aunque esto no les exime de culpa porque los delitos capilares nunca prescriben y te persiguen durante toda tu vida cual maldición vudú. Por cierto, ¿alguien tiene repe a Mandzukic?