El vaso medio lleno, por John Queras

Mi amiga Prudencia es la mar de pesimista. Está convencida de que si algo puede ir mal, irá fatal. Tiene ese extraño poder del que hacen gala los agoreros profesionales que les permite encontrar el más mínimo defecto en cualquier cosa que se les ponga por delante. Y una vez descubierta, se obsesionan con esa leve imperfección que acaba por fastidiarles toda la diversión. Ejemplo al canto. Está Prudencia en una de esas maravillosas playas gaditanas, inmensa de azul y arena, casi desierta, al atardecer, el agua a la temperatura perfecta, ni rastro de levante. Vamos, un paraíso por bulerías. Pues bien, ella no lo disfruta porque en la lejanía, un envoltorio de Doritos vuela al capricho de la brisa marina cual bolsa de plástico en American Beauty, pero sin la belleza que a este momento se le presuponía en el filme. “Qué guarra es la gente”, murmura con tristeza. Y ese ínfimo detalle es capaz de eclipsar por sí solo todo lo bueno que tiene a su alrededor. Entre sus hits más celebrados destacan “la Mona Lisa es enana” (tras un viaje a París), “Marion Cotillard tiene los ojos saltones” (al coincidir con ella en un evento de prensa) o, su top 1, “las orejas de Brad Pitt son demasiado pequeñas” (sin comentarios). Yo en cambio, soy todo lo contrario: un entusiasta de la vida. A mí, con muy poquito se me hace feliz. No sé si este vehemente optimismo mío es un mecanismo de supervivencia que utilizamos los colchoneros para no perder la sonrisa. O tal vez nazca del convencimiento de que esto son dos días y que hay que pasárselo bien a toda costa y a cualquier precio. En cualquier caso, salíamos la Pruden y yo de dar una vuelta por el renovado Mercado de Torrijos y, al pasar por el número 32 de la calle del General Pardiñas, nos dimos de bruces con Green Hair & Beauty, el salón de John Masters Organics en Madrid. Me salió entonces el beautywarrior que llevo dentro (y fuera) y, aunque la cosmética no está entre las aficiones de Pruden, entramos los dos a echar un ojo.

Allí me enteré de todo: la firma es neoyorquina, nació hace dos décadas y todas sus líneas contienen entre el 70% y el 100% de materia orgánica. Todo muy eco, todo muy verde, todo muy natural. Su línea Men se compone de un par de productos bastante curiosos porque ambos son un 2 en 1. Por un lado, el gel limpiador puede utilizarse también como espuma de afeitar y, por otro, la crema hidratante hace además las veces de tónico facial. A Pruden le gustó el sitio, pero le pareció que una línea de hombre con solo dos productos era poca cosa. La verdad, a mí me parecieron cuatro.

Más info.: www.jmomadrid.com.