Peaceful sensual blonde in elegant black bikini posing on a beautiful sunny beach

Todo vuelve, menos las cosas que no vuelven nunca, como por ejemplo la juventud, que se va y por más que uno se insista, haciendo deporte, comprando ropa que cree que es joven y, realmente, no lo es ni de coña (observad a esos personajes que se empeñan en dejarse coleta cuando tiene cuatro pelos por la parte superior de la cabeza y visten pantalones de cuero, que ya no se ven ni en las películas del Oeste que ponen en Telemadrid) o dejándose caer por los botellones y paseando entre la chavalería dando un cante que te cagas. Hay que asumirlo. Lo que sí vuelve es la moda. Ahora mismo, la barba de nuestros abuelos, el bigote y los bikinis grandes. Como lo oyen. Vuelven los bikinazos. Lo siento por los hombres, que disfrutábamos de las bellas vistas veraniegas y playeras, plagadas de cuerpos cuasi desnudos de féminas, que poco a poco, andando el tiempo, fueron despojándose de tela y prejuicios y dejando, cada vez más, al descubierto su cuerpo serrano. Durante muchos años, las playas españolas han sido el paraíso de la chicha, pero ya no, eso se va a acabar. La moda que se nos viene encima parece ser que recupera pudores y con ellos los viejos diseños. Esos bikinis que no dejaban al aire más que una franja de tripita y que se componían de culottes enormes, de talle altísimo, tipo pantalón de boxeador y parte superior rígida, dura, de copas inmensas, que más bien se asemejaban a jerseys encogidos que a sujetadores de bikini de baño. En fin, una ruina. Esto es una vuelta atrás en toda regla. Nos retrotraen socialmente a épocas pretéritas y tristemente precarias en derechos, nos hunden en un estado económico que no recordaban ni los más viejos y ahora, además, me veo que vuelve el gorro de baño de goma con flores. Esto va fatal.

  • Ay que ver qué moderna es Isabelita. La he visto bajando a la playa esta mañana y llevaba un traje de baño con faldita hasta la rodilla, monísimo.
  • No es que sea moderna, Maruja, es pobre. Lleva sin comprarse un bañador nuevo setenta años.
  • ¡Ah!

A los sujetadores esos grandotes los llaman los diseñadores, modelo “bandeau”, como para darle más glamour, pero no dejan de ser unos “cacho sostenes gigantescos” que tienen de sexy lo que yo de cura.

  • ¿Padre, sabe usted con quién tengo que hablar para solicitar que nos casen en la parroquia de aquí, del barrio?
  • ¿Pero tú eres tonto, chico? ¿Tengo yo cara de cura?
  • Pues la verdad es que sí ¡Perdone, eh! No he querido ofenderle.
  • ¡Anda, quítate de mi vista, chaval!

Esto de usar más tela va a ser por presiones de los empresarios catalanes del textil, que para tenerles contentos y no apoyen la independencia de Cataluña les están favoreciendo para que se consuma más tela en toda España. Vais a ver como dentro de nada vuelven las faldas maxi.

Comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.