sol silueta

Uno ya no sabe si creerse los resultados de los estudios que publican los listos que hay repartidos por el mundo haciendo estudios y venga estudios sobre las cosas más inverosímiles. Cada vez que sale una noticia que para avalar su veracidad cita a catedráticos e investigadores de universidades rarísimas se me vienen a la memoria los programas sobre marcianos y fantasmas, porque es una fórmula que utilizan mucho para dar verosimilitud a sus indemostrables teorías esotéricas.

En este caso me referiré a un estudio que han llevado a cabo en la Universidad Northwestern de Evanston (Illinois), que como todo el mundo sabe es prestigiosísima en Evanston (Illinois). Bueno, pues allí mismo, un grupo de investigadores de la propia universidad han descubierto que si te expones a la luz del sol durante unas horas al día tu IMC o Índice de Masa Corporal disminuye.

  • ¿Oye tú no crees que Luisita tiene problemas en casa?
  • ¿Por qué lo dices?
  •  Pues no sé, hija, es que está todo el día en la calle. Bajes a la hora que bajes, te la encuentras yendo de un lado para otro, mirando al sol.
  • No, es que ha leído que unos investigadores americanos han descubierto que si pasas no sé cuántas horas al día bajo el efecto de la luz del sol, adelgazas.
  • ¿En serio? Pues Luisita está como la vaca Paca.
  • Mujer, es que este mes no ha parado de llover, lo mismo cuando deje de estar nublado…
  • Será eso.

señora playa

La doctora en cuestión que ha protagonizado y firmado las conclusiones del estudio, es decir la más lista del equipo, ha sido Kathryn Reid, que, además de corroborar todo lo comentado anteriormente añade que cuanto más prontito sea mejor, que si te expones a la luz solar a las nueve de la noche, adelgazarás poquísimo, por no decir una miaja de “ná”, pero que si lo haces a primeras horas del día tu IMC descenderá más notablemente. Ya me veo a todos los gordos del mundo madrugando y saliendo a la calle para después ir a desayunar unas porras.

  • Marimerce no comas tantas porras, que te estás poniendo como un truño.
  • Para eso madrugo y me expongo a la luz solar, bonito ¿O te crees que me levanto a las cinco y media por gusto?
  • Pues ya me contarás, porque cada vez estás más gorda.
  • Gorda estará tu madre, rico, yo estoy rellenita.
  • Bueno, pues eso, pero cada vez más rellenita.

No se lo van a creer, pero el IMC depende hasta en un 20% de nuestra exposición al sol, independientemente de nuestra dieta, del ejercicio físico que hagamos, de la edad o de que nos pongamos hasta arriba de chuches, donuts y cerveza. Al menos es lo que dice el estudio este. O sea, que las cañas en una terraza en verano engordan menos… Pues que se fastidien los ingleses, que se tienen que tomar las pintas la mayor parte del año en el interior de los pubs, que son más oscuros que el alma de la Merkel.

Otra doctora, firmante del estudio, lista que te cagas también, es Phyllis C. Zee, que añade que la luz solar es la que regula nuestro reloj biológico y que si uno no recibe la suficiente luz solar puede desincronizar el reloj interno de su organismo, alterando su metabolismo y provocando que engorde, así que ya saben ustedes, se acabó salir por la noche. A partir de ahora, de copas a las diez de la mañana y los “after” a partir de las once de la noche.

  • Jóse Luis vaya barrigón que se te está poniendo.
  • La culpa es del turno que hago en el taxi, que no me da el sol.
  • Ya ¿Y los bocatas de panceta y el vino?
  • No creo.

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