Rossano Ferretti

Últimamente no hago más que tener felices encuentros con grandes del mundo de la belleza. Si ayer os contaba como me maquilló Olivier Echaudemaison, el creador de maquillaje de Guerlain, hoy os voy a hablar de mi encuentro con Rossano Ferretti, el prestigioso peluquero italiano y creador del famoso Método que lleva su nombre. La cita con Rossano fue en su salón madrileño, en la calle Villanueva, 5. Allí, además de celebrar sus veinte años en la profesión también se festejó el 50 aniversario de Kérastase. Aunque de esta última celebración os hablaré en otro post. Rossano ferreti eugenia leon

En su salón, Rossano nos recordó sus orígenes en el mundo de la peluquería, un sector que asegura ha odiado siempre. Quizá porque siempre ha vivido rodeado de peluqueros. Su abuelo Renato era barbero. El lo recuerda trabajando con una silla en la plaza de su pueblo y, cuenta que cuando llovía no trabajaba. Más tarde, su madre Giulia siguió la tradición familiar y le animó a él a hacer lo mismo. Pero a él no le gustaba lo que veía y decidió, con 15 años, viajar a Londres.  Allí conoció las grandes peluquerías del momento pero seguía sin emocionarle ese mundo con “esos espacios masivos en los que lo de menos era el bienestar de los clientes”. Por eso se empeñó en construir un estilo propio, quería cambiar el concepto de peluquería tradicional y lo consiguió. Con 16 años acudió a la escuela de Vidal Sassoon a aprender el famoso corte del peluquero de moda del momento. “Mis compañeros tardaban seis meses en aprender a hacerlo y yo, cuenta, tardé tres días. Por eso, viendo lo que había en el mundo de la peluquería le dije a mi madre que yo iba ser el mejor peluquero de la historia”.

Retrato Claudio & Enzo
Enzo y Claudio, las “manos” de Rossano en Madrid

Yo no sé si es el mejor porque no los conozco a todos, pero lo que sí está claro es que hoy es conocido en todo el mundo por varios motivos. En primer lugar por su denominado “corte invisible”. El explica que “si hay algo que no gusta es una mujer huela a peluquería, siempre he estado en contra del bob perfecto y de las capas”. Aunque muchos de sus colegas le han tachado de loco él asegura que ha basado su éxito en el corte y en el bienestar de sus clientes y colaboradores. En su escuela, por ejemplo, no se paga. Eso sí, él elige quien acude a ella y reconoce que nunca va a enseñar a alguien que no tenga un gran pasión por este negocio. Pero además de su famoso corte en el que se busca ante todo la caída natural del cabello en movimiento, Rossano ha sido pionero en otros aspectos. Fue el primero en retirar los espejos de las zonas de coloración; en introducir la peluquería en los hoteles de lujo; en incorporar espacios privados en sus salones, en inventar unas tijeras que texturizan el cabello,…

Actualmente cuenta con una veintena de salones en todo el mundo. Roma, Londres, París, Nueva York, Los Angeles, Maldivas, Bombay, Madrid,… Están situadas en las mejores ubicaciones de las ciudades en las que se encuentran y no son peluquerías convencionales. Son espacios muy exclusivos en los que se respira la gran pasión de este peluquero: la arquitectura y el arte. En todos se mezcla el minimalismo con el diseño romántico siempre respetando la estética original del lugar. En Madrid cuenta con dos salones, uno en Pozuelo y otro en la calle Villanueva, donde se encuentran Enzo y   , las manos de Rossano en España.

Esa mañana, Rossano me dijo que mi corte y mi peinado era muy del “estilo de la casa” y,  ya que estaba allí, aproveché para que me diesen un toque de cepillo y secador. El resultado lo podéis ver en la foto que abre este post. Eso sí, quedamos en que el siguiente corte me lo haría allí. Ya os contaré.

 

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