He llegado a la conclusión de que los humanos deberíamos tener un botón de On/Off, que encendiera y apagara nuestro ser por partes. Uno, para clausurar la jornada corporal; otro, para apaciguar la actividad mental y un tercero para manejar las efervescencias emocionales. Me imagino estos interruptores como las clavijas de aquellas centralitas de teléfono antiguas que salen en las pelis de los 50’s, donde para hablar con un número de abonado había que conectar el cable a mano y meterlo en el agujerito correspondiente para que los interlocutores pudieran hablar. Que uno quiere descansar y dormir como un ceporro, pues hala, desconecta el botón de lo corporal; que lo que necesita es reposar las neuronas, extrae el de lo mental; que son los sentimientos negativos los que hay que apaciguar, pues se eliminan con un simple tirón.

En estos días agosteros –y mas durante el bonito Puente de la Virgen que tenemos por delante– en los que quien mas quien menos se toma un respiro de sus quehaceres rutinarios, hay un término que todos manejamos DESCONECTAR, ponernos en modo off, descansar. Lo de darle un respiro al cuerpo es relativamente sencillo, basta con tumbarse a la bartola, desactivar el despertador y dormir a pierna suelta, la mañana, la noche o la media tarde con una siestecita, esa que Cela llamaba el yoga ibérico, que ademas de descansar los músculos y huesos nos sumerge en un nirvana neuronal que también relaja la mente o la traslada al universo onírico, muy rico en imágenes y a la vez efímero y casi siempre con Alzheimer al despertar. Sí, lo de dejarse acunar por los brazos de Morfeo es un recurso infalible (y gratis) para resetear los problemas físicos y mentales. 

¿Pero qué hacemos con los sentimientos negativos, con esas emociones traicioneras que nos asaltan sin permiso y nos impiden, por ejemplo, dormir y soñar sin reparos o que nos generan un estado de ansiedad que nos distraen constantemente del placer de gozar de las pequeñas cosas de los días de asueto veraniegos? No es fácil controlarlas ni arrinconarlas. No, no es sencillo olvidarse del jefe/a puñetera, del miedo a perder el trabajo, de la pena producida por la pérdida de un ser querido, de aliviar el desasosiego que provoca el mal de amores, los problemas de pareja (rezan las estadísticas que en septiembre es la época del año en la que mas divorcios y rupturas se producen) o las desavenencias familiares. No, no es sencillo dominar las emociones negativas, pero tampoco imposible. Los expertos aconsejan realizar cualquier actividad que nos ayude a relajarnos y no pensar, desde las respiraciones yoguicas, a los paseos por la playa, el monte o la practica de la meditación (que hay técnicas para todos los gustos). 


Pero hay un recurso que muy pocas veces utilizamos y que es tan sencillo y eficaz que pasma. Se trata de la aromaterapia emocional, de dejar que el olfato duerma los pensamientos negativos y despierte los positivos. Mi amiga Melanie Clark es una artista en esto de manejar las esencias para controlar las emociones que nos corroen el espíritu y nos merman el descanso y el gozo de lo que nos rodea. Me dice que “al aspirar el aroma adecuado para cada problema, activamos la respuesta de nuestro cerebro para poder cambiar el chip y volver a tomar las riendas de nuestra vida” . Y ella misma se hace la pregunta del millón “¿Si es tan fácil por qué no lo utiliza mas gente para cambiar su realidad?, porque en el fondo, en no pocas ocasiones, nos gusta regodearnos con lo dura e injusta que es una situación, en vez de asumir la responsabilidad de cambiar, que suele sustentarse en la resistencia y el miedo de que en el futuro las cosas vayan a peor”. ¡Uf!, pienso, que retorcidos somos los humanos incluso con nuestros propios males…, Yo soy una hedonista empedernida y lo que quiero es saber qué esencias tengo que aspirar para ir tirando cuando me acechan las miasmas emocionales. Melanie es generosa, y también me ha contestado a eso. Me ha contado que todo es cuestión de oler y afirmar, de aspirar el aceite esencial que nos conviene al mismo tiempo que nos repetimos un mantra, una de esas frases que hacen magia, una pócima resumida en pocas palabras. Y aquí os dejo estos pequeños milagros que se huelen y se expresan por lo bajinis, para nosotros mismos. Esta la botica emocional de emergencia.




Cuando es el estrés provocado por el trabajo lo que nos impide disfrutar del asueto estival, lo mas indicado es utilizar la esencia de mejorana o neroli a la vez que nos decimos a nosotros mismos ‘Descanso y me repongo‘. Cuando es una ruptura o abandono amoroso el que nos machaca y el resentimiento nos muele, lo mas indicado es el pomelo mientras nos decimos ‘Aprecio todo lo que tengo‘; si hay depresión de por medio y pensamos que ya nadie va querernos, lo apropiado es el jazmín unido a un ‘Confío en mí, doy gracias por el presente y espero lo mejor‘. Cuando la depre nos supera y la ansiedad la acompaña, lo suyo es oler bergamota con la afirmación ‘Cuando abro mi corazón entra el amor y la luz‘. Si la depre se alía con la ira y la agresividad, el Ylang Ylang junto con ‘Existe una finalidad en todos los pasos que doy‘. Contra la inseguridad, el sándalo y un ‘Dirijo la mirada al lejano horizonte‘. Si es el amor carnal el que nos ha fallado, la rosa aliada con un ‘Me rindo al néctar fragante del corazón‘ es un buen bálsamo para no sucumbir al desánimo. Si la ansiedad y la impaciencia nos devoran y nos quitan el sueño, la lavanda junto con un ‘Me cuido y nutro con solicitud‘, es la solución. Si la agresividad, el enfado y la ira nos dominan, lo suyo es aliar la manzanilla romana y la frase ‘Vivo y dejo vivir‘. Que los cambios de humor nos hacen sentirnos como en una montaña rusa, hay que darle al geranio acompañado de un ‘Estoy en sintonía con el ritmo de vida‘. Y para contrarrestar la fatiga mental combinada con la ausencia de memoria repentina, nada mejor que dejarse llevar por el romero y un ‘Soy pura esencia de la creación‘; y si además la falta de concentración nos desespera, lo suyo es la menta combinada con un ‘Me gusta lo que hago y hago lo que me gusta‘. Ahí es . Y como me gusta experimentar antes que hablar, solo añadir que voy a tener que hacerme un cóctel de esencias, un menú todo incluido de aceites esenciales, bien olidos en forma de inciensos, fragancias, quemadores o lo que haga falta, que buena falta me hace. Y apuntarme en www.escuela-internacional-de-aromaterapia.com a un taller de aromaterapia emocional para tirar por la borda los pensamientos negativos que me malogran y empezar a respirar buen rollo. ¡Feliz puente de agosto! ¡Feliz Modo off! ¡Feliz desconexión!

1 Comentarios

  • Ines Rocha
    Posted 14 August, 2013 12:32 pm 0Likes

    Igualmente,lo tienes mas que merecido!!

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