Supongo que habrá quien haya tenido unas vacaciones mas o menos soleadas. Las mías han estado pasadas por agua. Mucha agua. Eso sí un agua que me ha merecido la pena sentir, con la que me he empapado a gusto. Quizás por la compañía, quizás porque el agua es mi elemento favorito, el que me da la vida, o quizás porque la he papado en una de las provincias mas increíbles y desconocidas de España: Soria. Dicen que tiene unos 90.000 mil habitantes, está declarada por la Unión Europea como una de las regiones más respetuosas con su entorno natural y que explota sus recursos sin abusar de ellos. Méritos que la convierten en una de las joyas de nuestro país, eso sí, un tesoro casi desconocido.
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| Senda del río Abión inundada |
Que hace un frío que pela, lo sabe todo el mundo, y al que no lo sepa se lo advierto desde aquí para que se traiga ropita de abrigo incluso si viene en pleno verano, pero que cuenta con fenómenos geológicos tan sorprendentes y desconocidos como la Fuentona, ruinas de enclaves romanos tan importantes como Medinaceli o Clunia, parajes naturales como el cañón del río Lobos o la Laguna Negra, bosques inmensos de sabinas declarados reservas de la biosfera o pueblos tan singulares de origen celtíbero como el de Calatañazor o medievales de como El Burgo de Osma, son cuestiones poco conocidas por la mayoría.
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| Calatañazor |
Seguro que me dejo muchas cosas, pero desde aquí quiero hacerle un homenaje a una de las provincias mas humildes en lo que a turismo se refiere (uno dice que se va a Soria de vacaciones y te miran como si dijeras que te vas a hacer treking por el Himalaya equipada con unas chanclas) y sin embargo, una de las mas agradecidas de visitar. En este viaje me he alojado en medio del parque natural del Río Lobos, un magnifico cañón socavado durante siglos por las aguas bravas y flanqueado por unos murallones donde buitres y chovas, además del Martín Pescador (ese pajarito de pico como un arpón que pesca con mañas dignas del mejor marinero), residen a su antojo protegido por las leyes y la Naturaleza.
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| Cañón del río Lobos |
El cañón cuenta con una senda de 24 kilómetros, pero se puede hacer a trocitos, y esta semana, casi ni a eso porque bajaba tan lleno y con tanto ímpetu que había zonas anegadas. Eso sí, he podido llegar hasta La Fuentona, una especie de manantial que a priori es como una laguna de color azul turquesa sin más, pero que esconde en sus fondos un fenómeno geológico único en el mundo, con grutas, simas y sifones a más de 200 metros profundidad.
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| La Fuentona |
Tanto es así, que hasta pasadito el año 2.000 los geólogos aún no habían podido determinar la magnitud del paraje subacuático, y aún están en ello. Dicen que es tan desconocido como algunas zonas de la luna o la Antártida. A unos dos kilómetros, se encuentra la cascada del Arroyo de la Hoz, que le da vida al río Abión, que bajaba con tanto caudal que no se veía así desde el 2001.
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| Cascada del Arroyo de la Hoz |
Un privilegio, más que eso, un lujo que es gratis y gratificante, lo que en tiempos de crisis y poco pecunio es mucho. Pero los encantos sorianos y sus marcos incomparables no terminan ahí. Otra de las grandes visiones de esta escapada ha sido poder ver la Laguna Negra completamente Blanca, cubierta por un manto de nieve… ¡y con sol! Os dejo un testimonio gráfico de todo ello, porque aunque verlo en directo es toda una experiencia, en foto también tiene su encanto.
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| La Laguna Negra, blanca |
¿Más? Pues sí, merece la pena destacar la gastronomía de cualquiera de los lugares por los que hemos andado. Cordero, chuletón, legumbres, verduras, postres y dulces de esos que son bombas calóricas pero que bien merece la pena pasar de la báscula por catarlos unos instantes en el paladar y, sobre todo, un vinito Ribera del Duero que no hace falta sea reserva para regar cualquier vianda con absoluta dignidad. Otra de las cosas que me ha sorprendido es el culto que hay en la zona, completamente cubierta de pinares, al mundo micológico. Que sí boletus, que si trompetillas, que si senderuelas…
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| La Laguna Negra, nevada |
Culto que protegen con esmero con áreas destinadas al aprovechamiento de hongos y setas donde en temporada solo se pueden coger con permiso de los ayuntamientos correspondientes. Una práctica imprescindible para preservarlos de los asaltos de seteros novatos o asaltantes con fines mercantilistas que no reparan en el arte de cortar estos frutos como Dios manda y destrozan las setas y sus posibilidades de reproducción en el futuro.
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| Puente de los Siete Ojos a punto de desbordarse |
Todos ellos, se deshidratan y se pueden comprar para luego utilizarlos durante todo el año, para risottos, estofados, pastas, cremas,… y para los más culturetas, también hay alternativas, desde los palacios de Vinuesa o El Burgo de Osma, hasta las ruinas romanas de la ciudad de Clunia, cuyo teatro dicen los expertos que era uno de los mas grandes del Imperio Romano, lástima que no tan bien conservado como el de Mérida. Naturaleza, monumentos, gastronomía y gentes sin prisas que sustentan una provincia digna de inyectársela en vena, porque es un coctel que, en solitario o en compañía, es perfecto para desconectar, respirar aire puro y volver a los quehaceres laborales más guapo y relajado. ¡Feliz retorno!
Fotografías: Itziar Salcedo
Fotografías: Itziar Salcedo
10 Comentarios
Nero Beauty
Vaya, que bonito y que interesante…la verdad que España es un verdadero cúmulo de tesoros.
Yo me he pasado las vacaciones en el país vecino Portugal, y también es todo un lujo.
Un abrazo y felíz regreso.
Srayomismamismamente
La verdad es que CyL tiene parajes increibles que nno conoce nadie. Palencia también es preciosa(sobretodo la montaña) y fijate si es desconocida que hasta así se llama a la catedral, la "bella desconocida". Es otro tipo de turismo muy agradecido y xa mi gusto más entretenido que la típica semana en la playa en la que no sales de la arena jeje. Mis vacaciones de verano las paso casi enteras en la montaña y luego con 2 o 3 dias de playa yo ya tengo bastante XD
Ines Rocha
Que parajes tan impresionantes y bellos!!!!
Ross
Me encanta la laguna negra y subir hasta arriba para ver dónde nace el Duero ( aunque es una gran caminata) pero sobre todo pasear por la orilla del Duero en la capital, parece que estás en otro mundo…los arcos que hay al otro lado del rio y luego ya pasarme por las monjas de clausura a comprar galletas para reponer fuerzas…mmm
Anonymous
Cada día España me enamora más…
Tamara
Que se lo digan a mis tías si hace frío en Soria… jejej :p
http://comounaprincesasintonterias.blogspot.com.es/2013/04/im-back.html
RAQUEL
Yo no conozco Soria pero creo que voy a animarme a ir porque las fotos que has puesto son preciosas.!!Por cierto,estas guapísima en la nueva foto del blog.
angeles
ya tengo otro sitio para poner en la lista para ir ha ver, gracias.saludos
Begoña
Lo has descrito que parece que lo estás viviendo en ese momento, ya sabía que escribías bien, pero te has superado y además con esas fotografías tan bonitas, reflejando todo tan real, que hasta el frío se te olvida y dan ganas de salir corriendo… como díce la Canción "Camino Soria".. Besos ItziBella.
Daniel
Gracias! Recientemente he estado buscando informacion sobre este tema
y de momento, tu pagina ha sido lo mejor que he encontrado, muchas gracias =)