25 aniversario de Michel Meyer en España; un sueño cumplido

La luz, la alegría de la gente, el ruido de la ciudad, la gastronomía y un largo etcétera de cualidades me llevaron a elegir Madrid como punto de partida para mi independencia profesional del grupo Jacques Dessange. Cuando llegué aquí, hace 25 años, era socio en el primer salón de esta marca en España.

Serán mis raíces sefarditas las que despertaron mis emociones y bienestar en la ciudad en la que, para empezar, encontré al amor de mi vida. Viví durante un tiempo a caballo entre París y Madrid antes de abrir este salón frente al parque del Retiro, que sería mi segunda casa y, a veces, la primera.

Fue de auténtico privilegio la acogida que recibí por parte de la prensa de moda y belleza. No obstante, fue difícil llegar a un punto de equilibrio financiero en ese barco que había zarpado con un equipo de dieciséis personas por entonces y que continúa en marcha hoy. Sobre todo, teniendo en cuenta que nadie recalaba en una peluquería que simplemente estaba “enfrente del retiro“. El éxito no llega por casualidad. 



Y las montañas fueron a Mahoma“. El salón por el que no pasaba nadie se había convertido en el salón donde había que estar. Duquesas, marquesas, condesas que se codeaban con una ama de casa o una actriz, un periodista que charlaba con el presidente de Telefónica que de pronto se topa con otro pez gordo de los medios de comunicación.

Cuando dejó de cortarse el pelo ella misma, Ágatha Ruiz de la Prada decía: “este salón es la bomba“, y se lo pasaba en grande con la mujer del que ella siempre ha llamado “su jefe“. Durante muchos años, que estuvo de rabiosa moda, el salón era un ¡Hola! en vivo y en directo. 


Después de ocho años me desvinculé de la marca Dessange. Ya no entendía una filosofía que había pasado de querer liberar a la mujer a colocarla constantemente extensiones de pelo que la convertirían en esclava de ellas. Mi filosofía seguiría siendo fiel a la naturalidad, la naturaleza, la salud y la belleza. Una belleza que definiría como inteligente, al igual que existe la belleza intuitiva.

Mi cuarto de siglo en Madrid es mi triunfo. Aquí llegue a ser lo que a mis padres prometí: un “gran peluquero“. Y lo conseguí. Fui un referente en la casa madre de Dessange en París, y dejé el listón muy alto: el salón donde trabajé era el que más facturaba del grupo en la capital francesa. Cuando llegué aquí nadie nos conocía, tenían que buscar para encontrarnos.


En mi faceta de ‘hacedor’ de tocados y complementos artesanales también he tenido la suerte de poder realizar un sueño que, como los propios sombreros, me rondó siempre por la cabeza. 

Por todo lo que he contado me siento un hombre con suerte de haber vivido hasta hoy grandes pasiones que han acabado tranformándose en amores incondicionales. Una familia de adulto de la que me siento muy orgulloso”

MICHEL MEYER



Salón Michel Meyer. C/ O´Donnell nº 9. Madrid.  www.michelmeyer.es.

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