Los dos perfumes que vamos a ver hoy rinden homenaje a dos de los refugios más representativos de la vida de monsieur Dior: La casa de Granville en la que pasó su infancia y el molino de Milly-La-Fôret donde el diseñador se refugiaba antes de los desfiles.

 MILLY-LA-FORÊT  
El molino de Coudret, en Milly

En el molino de Coudret en Milly-La-Forêt, cerca de París, Christian Dior se olvidaba de la mundanería que rodeaba los desfiles para dedicarse a la jardinería y a la vida de campo. En aquel antiguo molino de agua rodeado por el bosque, el diseñador recreó un universo sencillo que ahora Demachy ha plasmado en esta fragancia de composición ultra depurada. “Aquí, escribió Dior, a cubierto, con mis flores, mis canales y mi pequeño estanque, puedo escuchar en paz el sonido de las campanas de Milly”. Con esas palabras en la mente y después de impregnarse del lugar, Demachy creó esta original composición basada en un 70% en el almizcle blanco, una nota de fondo. “Para mí, explica Demachy, plasmar el olor de ese lugar equivale a describir un paseo por el bosque. Quería que el acorde fuera muy suave, muy sutil. Un musgo fresco como el claroscuro de un sotobosque: en la oscuridad siempre se percibe un halo de luz”. 

Imágenes de Christian Dior en Milly 
Este perfume, que podría definirse como un cítrico almizclado, cuenta con un alto contenido en almizcle, suave y envolvente. Tras una salida fulminante, gracias al frescor acidulado de la mandarina y la bergamota, el corazón del perfume desprende los suaves y empolvados aromas de la flor de azahar, del jazmín y del iris. Pero en el acorde de fondo se encuentra su verdadera singularidad: resaltado con el sándalo y un toque de musgo que recuerda el húmedo olor del bosque, el almizcle, extremadamente concentrado, convierte Milly-La-Forêt en un verdadero perfume para la piel. 
GRANVILLE 
En esta ocasión viajamos hasta la Villa de Rhumbs, en Granville (Normandía), la casa en la que Christian Dior pasó su infancia. “Mi vida y mi estilo le deben todo a su localización y su arquitectura”, acabaría diciendo de esta residencia tan original que, construida al borde de un acantilado, dominaba la Manga, por un lado y quedaba rodeada de árboles por el otro. 
Antes y después de La Ville des Rhumbs, en Granville

Teniendo a Granville siempre en mente, François Demachy ha tratado de crear un perfume aéreo y más concretamente, del aire que respiraba Christian Dior cada mañana al abrir su ventana. “No he querido centrarme en un perfume puramente aromático. Puesto que la propiedad rebosaba de pinos, quería que fuera muy vivo, extremadamente fresco. Las borrascas, las olas que continuamente se lanzan contra las rocas… En Granville, la naturaleza se lanza contra las rocas… En Granville, la naturaleza es todo menos serena. Por ello este perfume es el perfume del viento que allí sopla”. 
Dior, de niño,  con sus hermanos en Granville

Aderezado con una pizca de limón concentrado, el perfume se compone de un absoluto de pino con acentos de resina, tomillo y romero, que “de pronto, nos dan la impresión de respirar mejor”, apunta el perfumista creador. Las notas florales provienen de la flor de junco que crecía en el jardín de Granville mientras que las notas de fondo aportan profundidad e intensidad gracias a la esencia de pimienta negra de Madagascar y de sándalo de la India. El resultado: un aromático especiado muy fresco.
Monsieur en La Ville des Rhumbs

1 Comentarios

  • Silvia Quirós
    Posted 12 September, 2012 9:33 am 0Likes

    Me gustan las marcas con historia y que vienen con un pasado interesante, no conocía la marca pero el lugar de procedencia es espectacular!!! gracias por compartir un beso

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