Ya es oficial. El ser humano carece de memoria a corto plazo. Somos pececillos de colores surcando las procelosas aguas de una sociedad que se desmorona cual castillo de naipes levantado con cartas trucadas. Nos cuesta retener las cosas. Nos pasa lo mismo que a Dory, la inseparable compañera de Nemo. Cuando comenzó 2012, todos nos hicimos eco de las predicciones mayas sobre el fin del mundo. Pero solamente cuatro meses después ya las hemos olvidado. Ni una miaja de ellas ha conseguido calar en el imaginario colectivo. El fútbol, los recortes, la posible vuelta de Ana Obregón a la pequeña pantalla y otras veleidades de semejante nivelón ocupan todos nuestros pensamientos. Y eso que las señales son más evidentes y reveladoras que nunca. Desgranémoslas.
A ese pedazo de piloto de motos con cara y cuerpo de niño bueno, de gracia Dani Pedrosa, le pillan copiando en el examen para sacarse el título de capitán de embarcaciones de recreo. Al de Castellar del Vallès no se le ocurrió otra cosa que colocarse un pinganillo en la oreja para que otro le soplara las respuestas desde fuera. Insólito. Un tío que se juega la vida desde que era un crío a más de 300 km/h, va y echa por tierra toda su reputación en un santiamén. Seguro que Dani sabe algo que nosotros desconocemos y pensó “para lo que me queda en el convento… Yo, antes de que caiga el meteorito, quiero capitanear un yate”. Y es que cuando estás seguro del final, el miedo a las consecuencias desaparece.
Estoy convencido de que la familia real al completo también sabe más de lo que dice. Si no, su comportamiento es inexplicable. El padre, de cacería en todos los sentidos; el yerno, implicado en asuntos feotes; el nieto, jugando con escopetas para mayores de edad sin serlo y comprobando de primera mano (o pie) que efectivamente su sangre no es azul. Está claro que tienen datos concretos de cuándo y cómo se acabará todo esto y están living la vida loca. Más de lo mismo ocurre en el Congreso. Allí seguro que tienen información privilegiada que sus señorías no tienen a bien compartir con el resto de la ciudadanía. Y es que la opinión pública se echa las manos a la cabeza porque se van a dejar 90.000 leuros del ala en el retrato de un José Bono de acento manchego e injerto capilar. ¡Qué más dará! Cuando llegue la hora de abonar el importe al pintor no seremos más que cenizas. Le podrían ofrecer al artista hasta seis millones por el cuadro. Nunca verá la pasta. Y qué decir de Loewe y su elenco de modernos de palo: esos seudoartistillas del trending topic con coches de alta gama que no saben lo que es un despertador sonando a las 6:15 AM. En la sede de la maravillosa firma madrileña seguro que han descifrado las claves mayas y ya pasan de todo, les da igual ocho que ochenta. Me atrevería a asegurar que el propio Messi está en el ajo. De ahí que se le vea algo apático y fallón en los últimos partidos. “Cansancio”, advierten desde el Nou Camp. Yo con 24 años me pasaba tres días en un festival de rock sin parar de bailar y el lunes iba a trabajar en perfecto estado de revista, recién duchadito y con buena cara. La lista de gente que conoce la verdad es interminable: la Kirchner, los escoltas de Obama, Francisco Javier Guerrero y su chófer esnifándose el sustento de las familias andaluzas, el twitter de los Legionarios de Cristo…
Lo que no tengo claro es si todos estos comportamientos son la causa o la consecuencia del fin del mundo. En cualquier caso, yo ya he tomado una decisión. Como la cuenta atrás ya está en marcha y todas las pistas indican que los mayas tenían razón, me he dado sin remilgos al uso de ultraconcentrados cosméticos. ¿La razón? Sus altas dosis en activos proporcionan más resultados en menos tiempo. Y precisamente tiempo es lo que no nos sobra. Os cuento mi plan. En el año 5.000, cuando la Tierra haya sido repoblada por una raza que sepa convivir y los poetas sean más importantes que los tecnócratas, nosotros seremos fósiles enterrados bajos capas de olvido. Y claro, los indianajones del futuro nos encontrarán y nos estudiarán, como hacemos nosotros con el hombre de Neardental. Y espero que lleguen a la siguiente conclusión: nuestros antepasados no eran muy listos, pero eso sí, los análisis demuestran que tenían unos cutis envidiables. ¡Chúpate esa, eternidad!
John Queras recomienda:
-Concentrado Recuperador Juventud Force Revive de Germaine de Capuccini for Men: regenera e hidrata el cutis y protege y repara el ADN celular gracias a la alta concentración de ácido hialurónico, vitamina C, oligoelementos y extractos vegetales. Cuesta 53 €.
–Active Energizing Concentrate de Shiseido Men: tratamiento multi-acción que corrige los signos del envejecimiento, borra la fatiga del rostro y protege del estrés ambiental. Además, hidrata, cierra los poros abiertos y reduce el exceso de grasa. Cuesta 75 €.
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7 Comentarios
Silvia Quirós
Que de cositas hay para el cuidado del rostro masculino, cada vez más, me gusta! oye al final ayer y antes de ayer no pudimos ni hablar!!! A ver si la próxima que nos veamos en un evento podemos hablar un ratin!! un beso
Anonymous
¡Lo que me he podido reir con esta entrada, XD!
John Queras
Hola, Silvia. Tienes razón. En los últimos meses están lanzando mucha cosmética chula para hombre. Y la vuelves a tener, pero con seis presentaciones cada día, como hubo ayer, vamos todos volados. Besos.
John Queras
Hola, Anónimo. Ya sabes que en bellezaenvena gustamos de vestir la información con sus mejores galas festivas. Más besos.
LaTuci
¿Hablas balleno?
John Queras
Solo en la intimidad.
Silvia Quirós
Pues nos vemos en alguna seguro y a ver si nos da tiempo a tomarnos una coke y que nos pongamos al día!! un besazo