Recuerdo que cuando comencé en este oficio de la belleza, no voy a decir cuándo porque ni yo misma me creo el porrón de años que han pasado, el mundo de la cirugía estética era elitista, carísimo y reservado a rostros y cuerpos con mucha pasta. Se hablaba mucho de cirugía plástica y reparadora, de esa que se dedica a recomponer y rehacer con el fin de recuperar una función orgánica o reparar un rostro o cuerpo tras un traumatismo, pero aquella que se dedicaba a lo puramente estético, a acrecentar la belleza y la vanidad, era considerada, además de una frivolidad, un campo abonado solo para ricos. A mediados de los 90, las cosas cambiaron, uno se operaba la nariz o el pecho para tenerlo más mono y ya no tenía que pertenecer a la familia Rockefeller para pagarlo. Las tarifas se hacían más asequibles, quizás porque el número de profesionales dedicados a esta especialidad aumentó. Poco a poco, España se ha ido colocando en el top ten de los países en los que más intervenciones de cirugía estética se realizan, con el aumento de pecho, la rinoplastia y las liposucciones como las más solicitadas. Somos una potencia en esto del bisturí embellecedor y ahí debe estar la razón de lo que está ocurriendo actualmente en esta especialidad.

Con la que está cayendo, bonita frase, es normal que los cirujanos plásticos más avezados y hábiles con los cuerpos y rostros ajenos hayan congelado sus tarifas y mantengan los precios por las intervenciones. Lo que ya comienza a ser preocupante es que por una misma operación, de aumento de pecho por poner un ejemplo, haya una diferencia de precio abismal, que puede oscilar entre los 1.500 euros y los 6.000. A mí esta guerra de precios me da que pensar… ¿De verdad que se puede hacer una operación de este calibre por 1.500 euros y con todas las garantías? Va a ser que no, que las rebajas no merecen la pena. Me explico. Las clínicas que ofrecen saldos estéticos tienen truco. Por ejemplo, las prótesis suelen ser de calidad ínfima (se las traen de China) y no tienen las garantías sanitarias que pasan las europeas o norteamericanas; pero hay más, a una la recibe un cirujano con los papeles en regla y el título homologado, pero cuando entras en el quirófano y te anestesian, las manos que operan cambian y pasan a ser las de especialistas cuyo título no está reconocido en nuestro país o las de un novato que aprende con tus pechos, o tu nariz, o tu liposucción. No es que los profesionales bien entrenados y que trabajan con todas las garantías no cometan errores, que no son dioses, pero sí es verdad que en las “corporaciones” y otras clínicas donde en vez de un cirujano la primera entrevista te la hace un comercial estos errores suelen ser más frecuentes y, lo que es peor, luego no hay quien los enmiende; entre otras cosas porque puede que el especialista que te haya operado ya no esté en esa clínica porque haya tomado las de Villadiego y vaya usted a saber dónde andará. No. Yo no me fío de las rebajas en cirugía estética, es más creo que las autoridades competentes deberían meterle mano a este asunto que juega con las aspiraciones estéticas del personal y, lo que es aún más grave, con su salud y su vida. Y digo yo, si este es un asunto que al parecer conocen todos los implicados en este mundo, con nombres y apellidos, ¿Por qué nadie hace nada? ¿A qué tienen miedo? Lo único que os pido es que si estáis pensando en pasar por el quirófano por estas cuestiones, os informéis de si el cirujano que os va a operar es miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, si opera en un centro hospitalario que además de quirófano tenga sala de reanimación, si cuenta con un anestesista que esté presente durante toda la intervención y, además, que os proporcione toda la información que le pidáis, incluyendo toda la documentación de las prótesis si se trata de un aumento de recambio o aumento de pecho o de unos glúteos nuevos.

6 Comentarios

  • Anonymous
    Posted 14 November, 2011 10:15 am 0Likes

    En efecto, hay que operarse poco, pero bien. Lo otro, no merece la pena. Suele ser causa de complicaciones futuras e,incluso, de la necesidad de nuevas operaciones para arreglar lo mal hecho.

  • Mireia
    Posted 14 November, 2011 11:00 am 0Likes

    Yo hará un año este mes que me opere de una mamoplastia de aumento,y no me arrepiento,lo pasé muy mal en la recuperación,eso depende de cada uno.
    Pero me aseguré muchísimo de donde me metía,busqué muchos datos del doctor a parte de en la sociedad de médicos y menos en algún caso todas las chicas estaban muy contentas, también conocía personalmente a dos operadas por él.
    En mi intervención estuvieron presentes ese doctor y el cirujano jefe de la clínica estética,a parte de dos enfermeras y el anestesista.
    Mi intervención me costó casi 5000€, no es algo barato, pero con la salud no se juega,y por ahorrarte 4 duros te puedes quedar tiesa en una mesa de quirófano por negligencias…y con eso,no se juega!
    Bss!!

  • Silvia Quirós
    Posted 14 November, 2011 12:03 pm 0Likes

    buff yo creo que por gusto no pasaré por el quirofano, lo siento! paso de la cirugia estética!

  • RAQUEL
    Posted 14 November, 2011 5:43 pm 0Likes

    Muchas gracias por la información ,esta claro que lo barato sale caro a la larga y cuando hablamos de salud el precio a pagar por ciertos errores es carísimo

  • Elena
    Posted 15 November, 2011 3:33 pm 0Likes

    Muy buen post, ya es hora de ir comentando este tipo de situaciones. La cirugía estética, como la medicina estética, es salud. Hablamos de quirófanos, de productos médicos que se inyectan etc. En diciembre publicaremos un artículo en la revista AECEP que no dejará indiferente a nadie, luego lo publicaremos en nuestro blog, y esperamos que las personas tomen conciencia de que una cosa es un cupón de descuento en un spa y otra muy diferente la de entrar en un quirófano. Y explicaremos qué repercusiones tiene para el paciente y para el médico…Muchas gracias por el artículo, saludos!

  • Clinica cirugia estetica
    Posted 16 April, 2018 3:47 pm 0Likes

    Un artículo muy apropiado 🙂

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