Todos sabemos que este hongo, que se empeña en sepultarse a unos cuantos centímetros bajo tierra, es carísimo. Tanto que todos los años se celebran varias subastas, cuando termina su recolección, para ver qué restaurantes se quedan con los ejemplares más gordos de la temporada para ofrecérselo de mil maneras a sus comensales más sibaritas y con el bolsillo mejor dotado. Hay quién ha pagado hasta 3.000 euros por una pieza de 400 gr. (que haciendo una sencilla regla de tres, me sale la linda cantidad de 7.500 euros por kilo de esta delicatessen culinaria). Está claro que dicha cifra me impide llevármela a casa para aderezar mis creaciones gastronómicas o acompañar el chuletón del domingo, una pena porque hay que reconocer que el saborcillo que le da, sobre todo la trufa blanca, a los huevos escalfados o a los raviolis de carne da gloria. Así que cuando Carmen Navarro me invitó a la presentación de Terrapura, su nueva línea de tratamiento cosmético cuyo principal ingrediente es la trufa, se me hizo la boca agua solo de pensar en el catering (todo a base de preparaciones con este hongo) que acompañaba al lanzamiento.


Que si huevecitos pasados por agua con crema de trufa, que si gazpacho de trufa, que si pastelitos, que si hojaldre… me trasformé de repente en una especie de Carpanta insaciable. No hubo delicatessen que no engullera con auténtica fruición, como el personaje de comic. Pero claro, yo no había ido allí a comer, así que presté mucha atención a las explicaciones que la propia Carmen y su equipo de científicos nos dieron a las presentes sobre las cualidades cosméticas del hongo, que son muchas y especialmente si se trata de las trufas blancas y negras del Piamonte, ingrediente estrella de la nueva línea. Al parecer, su interés cosmético reside en que son ricas en oligoelementos (minerales y vitaminas), especialmente en riboflavina y niacina (ambas pertenecientes a ese multigrupo llamado vitaminas B), lo que las convierte en un principio activo perfecto para tensar, blanquear, nutrir y bloquear los radicales libres gracias a su eficacia antioxidante. Vamos, que son una suerte de complejo antienvejecimiento apto para todas las pieles y todos los públicos (masculinos y femeninos).

Un sérum y una crema son los primeros cosméticos que ha lanzado, pero le seguirán más adelante una gama limpiadora y un contorno de ojos. Y tras ponerme hasta las cejas de trufas, me fui con mis productos a casa. Tengo que reconocer que no los había probado, porque estoy testando otros cosméticos y me da no sé qué dejarlos a medias y empezar otros mientras no los acabe. Pero el otro día oí los comentarios de un colega que lo estaba usando y cómo halagaba sus virtudes. Así que antes de escribir este post, abandoné mi noble hábito de no empezar nada hasta acabar con lo que tengo entre manos, para escribir con un criterio sensorial. Bien, el sérum es un prodigio, cunde que da gloria y cumple con la norma de que con 4 gotas es suficiente para cubrir las necesidades del rostro, el cuello y el escote. Su textura es sencillamente deliciosa, entre el gel y la crema, al aplicártela, no reseca la piel (cosa que les ocurre a muchos de sus congéneres cosméticos) y tiene un aroma que amalgama la esencia de la trufa con un rescoldo empolvado que te recuerda a los polvos de talco que se usan para los bebés. Una delicia, insisto. Luego, me apliqué la crema. En apariencia mucho más untuosa, pero cuando te la extiendes no deja ni rastro de grasa sobre la epidermis, que la absorbe con absoluta rapidez. Me acosté. Al levantarme, aún sentía la cara fresca, como cuando tenía 20 años menos, hidratadita y con menos arrugas de esas que deja el dormir. Ambos productos, se pueden usar en sinergía (mejor) o por separado y combinados con otras cremas de tratamiento. No es que haga milagros, pero lo cierto es que desde que los uso, siento mi piel confortable durante todo el día, debe ser porque además de trufa, la fórmula lleva casi de todo: aceite de argán, de jojoba, aminoácidos omega 3, 6 y 9, manteca de karité, vitaminas A, C y E, soja, extracto de un alga de nombre impronunciable, ceramidas… y todo mezclado con maestría y con conservantes naturales. También he notado más densidad, más jugosidad, más luz,… 

Me gusta Terrapura, tanto que no he dudado en aceptar la invitación de Carmen para acudir a su centro a probar el protocolo de tratamiento en cabina, donde a las cualidades de la fórmula cosmética, se le añaden los beneficios del oxígeno o las microcorrientes (según lo pida la piel), un masaje de remonte con efecto lifting y un par de mascarillas de trufa blanca primero y negra después. Esto promete ser una hora feliz. Ya os contaré.De momento, los precios: 140€ la crema de 50 ml y 130€ el sérum, que aunque en principio parezca caro no lo es porque cunden como el Fairy y bien utilizadas te duran como mínimo 3 o 4 meses. Se venden en exclusiva en los Centros Carmen Navarro o en la tienda on line www.carmennavarro.com. Estoy convencida de que quien la pruebe, repetirá. Yo, por lo menos.

3 Comentarios

  • MakeupJhoannette
    Posted 17 October, 2011 2:25 pm 0Likes

    Buen BLOG queria comentarte que
    Estoy de en mi Blog y Canal en you tube Sorteo Manta de Brochas SIGMA Sean Todas Bienvenidas ! ^^
    MAKEUPJHOANNETTE ESPERO VERTE POR MI BLOG
    un besito chao

  • Silvia Quirós
    Posted 17 October, 2011 3:07 pm 0Likes

    Guau que pasada!!! madre mia tiene que ser una locura usar estos productos, un beso y gracias por compartir

  • Naishi
    Posted 17 October, 2011 4:33 pm 0Likes

    Esto si que parece lujo total, el tratamiento en cabina ya si que tiene que ser toda una delicia, que envidia, besos! 🙂
    http://eluniversodenaishi.blogspot.com

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