4711 vuelve a hacer historia con Nouveau Cologne

En aquella época las calles de esta ciudad alemana apestaban porque estaban llenas de inmundicias y los malos olores eran algo habitual. En contraste con esta situación había mercados, como el “Französisch’ Kram“, donde se podían encontrar exquisitos productos de lujo: sedas, encajes, artículos de cuero… Y fue precisamente en esta plaza donde, por primera vez, surgió un soplo de aire fresco que marcaría la ciudad como “Colonia” ya que de allí salían aromas de canela, limón, menta, naranja, nuez moscada, bergamota y lima. 

Sin entrar en la eterna polémica entre Roger and Gallet y 4711 sobre quién es el creador del primer agua de colonia ya que las dos marcas se atribuyen el mérito de ser los primeros en disponer de la receta secreta del aqua mirabilis, yo os voy a contar la que me explicaron en Colonia (la otra, la de Roger and Gallet, ya os la conté en el post Roger and Gallet, un repaso a su historia en el Museo del Traje) Y tras este paréntesis sigo con el relato. 

En esta ciudad, en la que convivían el hedor y los aromas agradables, y concretamente en la calle Glockengasse (en castellano, calle de la campana), vivía el comerciante, Wilhelm Muelhens. Durante la ocupación napoleónica la comandancia del emperador numeró todas las casas de la ciudad y a la vivienda de Muelhens le correspondió el 4711. 

Cuenta la historia que Muelhens recibió como regalo de bodas la fórmula secreta de un aqua mirabilis, una bebida de carácter curativo para uso interno y externo. Muelhens se dedicó a fabricar este elixir en la Glockengasse con gran éxito pero en 1810 Napoleón exigió la publicación de todas las recetas de uso médico. Muelhens, para proteger su receta secreta, declaró que su Agua de Colonia Original era una fragancia de uso exclusivamente externo. Y tuvo éxito. El propio Napoleón pasó a ser uno de sus mayores compradores, llegando incluso a portar un cofrecillo para la botella en una de sus botas de montar. Emperadores y reyes, el zar ruso, Goethe y Wagner fueron sólo algunos de los nombres que muy pronto estuvieron en su selecta lista de clientes.

En 1869, se recurrió a los campos de flores de la ciudad francesa de Grasse para garantizar la calidad de los ingredientes. El propietario de la empresa por aquel entonces, P. P. Muelhens, viajó por la India, Asia y Oriente buscando inspiración aromática y creando una gran variedad de fragancias como Heliotrop o Shahi. La marca 4711 no dejó de fabricar nuevos perfumes y aromas que contribuyeron, de esta manera, al éxito mundial de la empresa.

A principios del siglo XX, con la revolución industrial, se produjo una gran innovación en el mundo de los perfumes. Además de los hasta ahora populares perfumes de flores y, gracias a los nuevos procedimientos, pasaron a fabricarse también fragancias de fantasía. Así, gracias a los recién descubiertos aldehídos, 4711 comenzó a trabajar al mismo tiempo que Coco Chanel en una nueva composición de aromas. En 1921 ambas fragancias llegaron al mercado: Chanel Nº 5 y Tosca de 4711, que se convirtieron en los perfumes más vendidos del mundo.