Las canas de Obama

El premio Nobel de la Paz y partidario de asesinar sin juicio a los terroristas allá donde estén, utilizando para ello cualquier método al alcance, incluida la tortura o la vulneración del territorio de otro país soberano, Obama, tiene más canas.
Lo mismo le sucede a Zapatero y le sucede a todo hijo de vecino que llega a ser presidente de un país. Será el estrés, pero les sucede. Al premio Nobel de la Paz e impulsor de la venganza como método político y social y su exportación al mundo sin ningún tipo de rubor, se le ha puesto el pelo más blanco. Dicen que unas canitas en las sienes nos hace a los hombres más atractivos. Sí, ya ¡Como si no importasen los michelines y la calva, no te jode! A mí me lo dicen constantemente: “Hijo, Juanluis, esas canitas que te han salido te hacen interesante” ¿O sea que antes de tenerlas era un insulso? Y como hay gente a quienes parecer más o menos interesantes les da lo mismo, pues van y se tiñen. Pues bien, yo no sé por qué, pero el tinte en los tíos canta más. Sí, sí, de verdad. Yo no sé si el presidente de los EEUU y premio Nobel de la Paz y cabecilla de la operación Gerónimo, saltándose cualquier tipo de derecho internacional vigente, Obama, tomará la opción de teñirse las canas que le están saliendo, pero, desde luego, que sepa, desde ya, que se le va a notar mogollón. Luego cuando lance sus famosos discursos que tanto convencen o cuando ordene operaciones criminales en otros países o cuando salga en la tele diciendo que sí, que sí, que lo de los derechos humanos está muy bien, pero que él se los pasa por el forro o, en fin, esas cosas que hacen los presidentes de los EEUU, sean o no premios Nobel de la Paz, que no se queje, que ya se lo habíamos dicho desde este blog: “Tío, Obama, que si te tiñes se te va a notar”.

Yo, y lo digo en serio, no seré nunca presidente de mi país, ni de ningún otro porque no quiero envejecer prematuramente. Fíjate tú, ese hombre, el presidente de USA y premio Nobel de la Paz, ese que ha sido el cabecilla de este enredo maquiavélico del asesinato de Bin Laden, a quien, por otro lado, ellos mismos prepararon, armaron y ensalzaron cuando les vino bien, Obama, que salía siempre tan risueño en las fotos, tan majo y tan guapetón, con esa piel oscurita y tersa que daban ganas de darle un pellico y decirle: “Obama, hijo, que mocetón estás hecho”… Pues ahora, le ves y es que parece que se ha echado quince años encima. Y fíjate si le regalarán cremas buenas… Lo dicho que sólo con ver las fotos, te das cuenta que no merece la pena mandar tanto, aunque te vayan a dar el premio Nobel de la Paz inmerecidamente.
– Rin, ring, ring…
– ¿Quién es?
– ¿Juanlu?
– Si ¿Quién es?
– Soy Obama, que si quieres ser presidente de los Estados Unidos, que yo ya me he cansado y además estoy muy envejecido.
– ¡Uy, no machote, que yo tengo que cuidar mi imagen que me contratan mucho paras presentaciones y si acepto en tres días estaré hecho unos zorros!
– Te doy cremas.