Llegué de noche y me costó encontrar el camino hasta el paraíso. Normal, no podía ni imaginar que a menos de 5 kilómetros de los monstruos inmobiliarios de Benidorm podía existir un lugar tan apacible, silencioso y selvático como el Barceló Asian Garden, un resort situado en el corazón de Terra Mítica en el que disfrutar del lujo asiático sin chuparse 16 horas de vuelo. A la vuelta de la esquina, como quien dice.
Parece increíble que en mitad de una sierra más bien seca y habitada por rocales y algunos pinos, surja un complejo con unos jardines dignos del sultán de Brunei. Riachuelos, puentecitos de madera, palmeras de más de 80 metros de altura, plataneras cargaditas de frutos, cientos de florecillas de todos los colores, desde ciclámenes a flores del paraíso, estanques, cascadas, lirios, pececillos de colores, chozas de paja… Un entorno inusitado en medio de un secarral. Un paraíso al alcance de todos. Porque ¿quién no puede venir a Benidorm?
Con más de 300 habitaciones, de todos los tamaños y para todos los gustos, el resort es una especie de lego con temática balinesa. Su arquitectura es como de juguete, pero toda una realidad para disfrutar. Como es de rigor, dispone de todos los servicios propios de un resort, rodeado de cientos de hamacas y camas de descanso con dosel. Bien distribuidas, para que ni en los momentos de plena ocupación haya problemas de sitio ni agobios para encontrar donde zanganear al sol. Nada que ver con las playas del vecino Benidorm. La decoración, al contrario de lo común de estos establecimientos, se aleja de lo hortera y se centra en piezas de corte balinés: estatuas, aparadores, baúles, sillones, mesas, sillas… Algunas modernas y otras traídas de palacios asiáticos. Da gusto pasear por sus pasillitos y caminillos, subir y bajar sus torrecitas y terrazas, donde la madera y el color rojo teja son los protagonistas.
Pero más gusto da aún disfrutar de su pequeño pero cuidado spa, de las deliciosas viandas de sus tres restaurantes –uno asiático, uno mediterráneo y uno de cariz internacional- donde el servicio, aunque un pelín lento (debe ser porque aquí el estrés se esfuma y las prisas no tienen cabida) es amable y acogedor. Y como no podía ser de otra manera, es un placer insuperable gozar de cualquiera de los masajes que ofrecen en el centro de estética, donde las manos entrenadas en maniobras de relax saben cómo trasladar el cuerpo al Nirvana simplemente tumbándolo sobre una camilla. Como yo soy bastante chinche en esto de que me manoseen –será que he probado de todo y me da por sacar defectos– he dejado que la crítica del masaje la hiciera Begoña, la amiga del alma que me ha acompañado en esta experiencia asiática.
7 Comentarios
Un lieu avec Allure
Madre mía, si q tiene pinta de paraiso, si. Ciao!
sirocox
Como sabes cuidarte Enma. Me voy a ir a la cama que ya estoy muerta de envidia.
Andrea Cuesta
Siempre hablo con Paco de venir aquí.
Zaida
Si, el paraíso, pero lo que cuesta una habitación!!!
No es apto para cualquier bolsillo!
Maria Jose
Yo vivo en Alicante, y he estado por allí, por lo visto es una pasada, que como bien dices es como teletransportase a Thailandia. Habrá que ver las ofertas y paquetes, pero hasta hace poco los 300 euros noche no te los quitaba nadie. Pero es espectacular y merece la pena. Saludos.
cristina
Enma, es cierto que es el paraiso, un lugar para perderte unos días y disfrutar del lujo balinés. El spa es una maravilla con profesionales orientales.
Un saludo y encantada de visitar tu blog.
http://www.dorsia.es/blog-directorageneral
tereG
Qué maravilla de hotel. Ya había oído hablar de él y es pura tentación….. ¡ayyyyyyy!!! besos. tereG