Ríndete a la COLORTERAPIA, por Clara I. Buedo

Ante tan NEGRO horizonte, después de tantos MARRONES y con la mente en BLANCO de tanto pensar, ya es hora de ponerle tono al día a día y teñir la vida de ROSA, porque el color, en todas sus declinaciones y variaciones cromáticas, va a invadir —al menos los escaparates— la próxima temporada.

Estamos bajo el signo de Acuario para los occidentales, el conejo de metal empezará a dominar 2011 según la astrología china, pero como anuncia la máxima autoridad en materia color —Pantone©—, ni conejo de metal ni los 12 horóscopos, en 2011 va a dominar el color MADRESELVA, “Honeysuckle” o rosa fuerte para los hombres, que nunca entienden por qué tenemos que poner derivaciones de flores o golosinas a los colores de toda la vida…En la psicología del color, el madreselva augura un nuevo mundo, insufla una buena dosis de confianza y coraje para afrontar los retos que nos propone la vida, anima el espíritu, cautiva y aleja la tristeza. En palabras de Leatrice Eiseman, directora ejecutiva de Pantone Color Institute© (http://www.pantone-espana.com/): «La intensidad de este alegre color entre rosa y rojo, atrae y engancha. De hecho, este color es lo que atrae a los colibrís hacia el néctar, y no la dulce fragancia de las flores.

El Madreselva también puede aportar un golpe de nostalgia por sus deliciosas fragancias asociadas con los recuerdos de los despreocupados días de primavera y verano». Ahí es nada.

Pero…, ¿hubo un pasado en blanco y negro? ¿Desde cuándo las ropas se tiñen de color? Prehistoria aparte, desde la Grecia clásica ya se utilizaban sustancias tintóreas vegetales y animales para cambiar el tono natural de las fibras, ingredientes exquisitos dada su rareza y algunos difíciles de conseguir lo que hacía encarecer estas prendas que solo eran aptas para la clase alta o los más pudientes. El púrpura, el azafrán, la cochinilla… matices primarios que daban un toque de alegría a las túnicas más básicas de antaño. Después fue gracias a un desliz del destino y la pericia del químico británico William Perkin quien, en el siglo XIX, desarrolló los primeros tintes sintéticos. Toda una hazaña. Desde ese momento, el despliegue cromático en el textil fue prolijo; y a mejor precio…

Desde entonces ha llovido mucho, como se suele decir en jerga popular, y hoy podemos jugar con las armonías de color a nuestro antojo para dibujar temporadas anodinas o de lo más energéticas, como la que viene. Ejemplos tenemos en todas las firmas de moda, pero para ilustrarnos un poco en esta inquietante aventura cromática, echaremos mano de la española Dolores Promesas (con tiendas en Madrid, Valencia, Murcia, Córdoba y Oviedo) que con su línea “Heaven” da buena muestra de lo que podrán ser los meses venideros en materia moda.

Sin duda el vestido ha reinado no solo en las pasarelas, sino que lo seguirá haciendo sobre el asfalto, patrones que juegan con los volúmenes y la geometría pero en clave monocolor. Atención porque el toque lo ponen los accesorios y complementos. Imprescindible en tonos contrastados para ponerle la nota trendy al asunto. Incluso colores a priori incompatibles, se trata de mezclar y arriesgar, jugar con las formas y los colores, y poner un sello personal al look resultante, que para clones, siempre nos quedará Zara.