Todas sabemos que hay ciertas épocas en el año en las que nos entran las prisas por conseguir en poco tiempo lo que ya tendríamos hecho si fuésemos más constantes y menos perezosas. Por ejemplo: antes de verano, dietas salvajes, tratamientos anticelulíticos, pedicuras express,… De cara a Navidad, más de lo mismo con el añadido de tratamientos faciales para estar estupendas en las cenas y eventos que se multiplican en esas fechas,… En fin, que como dice el refranero, que suele ser útil en muchos casos, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Y de eso os quería hablar. De no dejar de hacernos determinados tratamientos estéticos cuyos resultados no son momentáneos pero sí duraderos.

Claro que da pereza empezar a hacerte cositas cuando sabes que hasta dentro de tres ó cuatro meses nadie te va notar la mejoría pero el tiempo pasa, y a qué velocidad, y cuando te quieres dar cuenta estás estupenda y sobre todo sin que tu imagen experimente un cambio radical algo, que cuando se trata del rostro, es muy importante. Todo esto os lo cuento porque he decidido aplicarme y ponerme manos a la obra. ¿Cómo?  Comenzando con uno de los tratamientos estrella de Felicidad Carrera.  Se trata del protocolo bautizado como “Lifting con tecnología” . Mi elección se debe a varios motivos: no precisa de técnicas invasivas, es indoloro, no tiene efectos secundarios y se emplea para combatir la flacidez, uno de los signos de envejecimiento más temidos, y evitar el descolgamiento cutáneo. Para conseguirlo emplean dos equipos punteros en este terreno: Aura y Accent. Os cuento.

El primero es un nuevo equipo de rejuvenecimiento facial que está  dotado con una novedosa tecnología de luz ‘inteligente’ que reafirma la piel donde más lo necesita. Supone un avance en equipos reafirmantes, porque consigue mejores resultados, en menor tiempo y más duraderos que los que proporcionaban las técnicas que había hasta el momento. La luz que emite con una longitud de onda específica, produce un calentamiento selectivo de la piel haciendo que ésta regenere el colágeno y devuelve a la piel su tersura y firmeza. Está indicado para tratar la flacidez de la piel provocada por la edad o por pérdidas de peso y para prevenirla a edades tempranas o durante procesos de adelgazamiento. Lo que hace es tonificar y estirar  la piel del rostro, cuello, manos, escote e incluso zonas difíciles como los párpados, senos o la cara interna de los brazos. Es muy eficaz en el tratamiento del doble mentón y de los pliegues nasogenianos. La pera ¿no?

Por su parte el Accent es un equipo de radiofrecuencia médica bipolar y monopolar para combatir la flacidez de la piel del rostro y el cuerpo, producida por el fotoenvejecimiento, por el paso de los años y muchas veces después de tratamientos de adelgazamiento. La radiofrecuencia trabaja calentando las capas profundas de la piel de forma que el colágeno se contrae y produce un tensado de los tejidos. Además el calor activa la formación de nuevo colágeno. El resultado es mayor firmeza para la piel. Combinado con el Aura se consiguen unos resultados estupendos en cuanto a reafirmación.

Explicada la teoría os diré que el tratamiento dura seis meses, que hasta la mitad más o menos no se aprecian bien los resultados aunque desde la primera sesión notas la piel mucho mejor, que las sesiones se combinan cada quince días, o sea empiezas con el Accent y a los quince días toca Aura, a las dos semanas Accent y así hasta que acabas. Y que no es barato pero, por lo que me han dicho, y ya os confirmaré si es así, los resultados merecen mucho la pena. Y para no alargar más esta entrada os voy a resumir mi primera  sesión de rejuvenecimiento con el Accent  en el centro que Felicidad Carrera tiene en la calle Castelló, de Madrid. Allí me puse en manos de Ana, que va a ser quien se encargue durante este tiempo de mi rostro. No penséis que el tratamiento consiste en llegar, tumbarse, pasarte la maquinita en cuestión por el rostro y a tu casa, que es lo que hacen en muchos sitios. Ni mucho menos. En primer lugar te desmaquillan bien, lleves maquillaje o no, con peeling enzimático incluido. Este primer paso es una delicia porque por supuesto va acompañado de su correspondiente masajito facial. A continuación te colocan una mascarilla de ácido hialurónico y aloe vera en el rostro y otra cicatrizante en el cuello. Esas mascarillas precisan de un  tiempo de exposición de media horita, tiempo necesario para que los activos penetren en la piel. Aquí quiero hacer un pequeño inciso. En muchos centros, y no es por presumir pero conozco bastantes, cuando llega el momento-mascarilla aprovechan para dejarte sola quince minutos, media horita o el tiempo que precise la mascarilla en cuestión para hacer efecto. Si te duermes, que a veces pasa, bien, pero si no es un tostón porque al menos a mi se me hace eterno ese paso. Bueno pues aquí, y en otros sitios también pero no en todos, insisto, ese tiempo lo aprovechan para darte un masaje de pies y de piernas estupendo, tanto que esa media hora con la mascarilla puesta se te hace cortísima. Después llega el momento de pasar el Accent. Se trata de un aparato -ya os conté sus características la semana pasada así que no voy a insistir- con dos cabezales, uno con frecuencia bipolar y otro monopolar, que te van pasando por el rostro hasta que en las capas profundas de la piel se llega a una temperatura determinada, 41/43º, que es lo que hace, a grandes rasgos, que las fibras de colágeno se contraigan y se estimule su producción. Al pasar los cabezales, primero uno y luego otro, claro, notas sensación de calor, a veces un pelín molesto, por poner alguna pega, pero perfectamente soportable. En total el paso de los dos cabezales por todo el rostro dura unos veinte minutos más o menos. Después Ana me hizo un masaje relajante con aceite de    en el rostro y para terminar me aplicó una crema hidratante y contorno de ojos.

Aunque os comenté que los resultados no se aprecian hasta que pasan unos tres meses os puedo decir que sales con mejor cara porque la radiofrecuencia provoca una levísima inflamación, no os asustéis que es tan leve que lo único que hace es que se te notan menos las arruguitas y eso combinado con el efecto del ácido hialurónico, que hidrata la piel en profundidad, y el relax que provocan los masajitos consigue que se te note con la piel más tersa y jugosa.

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