Recuerdo una escena de la controvertida “El diablo viste de Prada” (por cierto, me quedo con el libro) en la que Miranda Priestly (Meryl Streep) echaba un soberano rapapolvo a “Andy” (Anne Hathaway), cuando ésta suelta una risotada ante una situación que para ella era banal y absurda: elegir entre dos cinturones que aparentemente para un profano en la materia, eran iguales… La ignorancia de la osada asistente alteró el ya complicado y vehemente carácter de la legendaria Editora Jefe de la revista de moda más influyente de Nueva York, y en tan solo unos minutos, fue capaz no solo de darle una sesión intensiva de Historia de la Moda, sino de poner sobre la mesa esas cuestiones superfluas para todos aquellos que consideran la moda como algo caprichoso y frívolo, centrándose tan sólo en un color, el del esmirriado suéter que la joven asistente había decidido ponerse tan despreocupadamente:


Pero lo que no sabes es que ese jersey no es sólo azul, no es turquesa, ni es marino, en realidad es cerúleo. Tampoco eres consciente del hecho de que en 2002, Oscar de la Renta presentó una colección de vestidos cerúleos y luego fue Yves Saint Laurent el que presentó chaquetas militares cerúleas y luego el azul cerúleo apareció en las colecciones de ocho diseñadores distintos, y después se filtró a los grandes almacenes, y luego fue a parar hasta una deprimente tienda de ropa a precios asequibles donde tú, sin duda, lo rescataste de alguna cesta de ofertas. No obstante, ese azul representa millones de dólares y muchos puestos de trabajo, y resulta cómico que creas que elegiste algo que te exime de la industria de la moda, cuando —de hecho— llevas un jersey que fue seleccionado para ti por personas como nosotros, entre un montón de cosas”.


Aunque quizás algo larga y confusa, esta entrada me sirve como antesala para justificar después el por qué del título de este post. 
Me irrita leer en otros medios, especialmente blogs, titulares de ese tipo… ¿Sabemos algo del camel? ¿Y del negro? ¿Por qué un color tan natural e inocente como el camel de pronto puede tener tanta fuerza como para desplazar al omnipresente, atemporal e insustituible negro?
 Hablemos con propiedad, por favor… El negro, antaño, fue uno de los tintes más selectos (y por cierto puesto de moda por la Corte española de Felipe II), extraído entre otras sustancias del palo de Campeche, una especie botánica oriunda de Mesoamérica, y representaba el lujo supremo, el poder, la clase, el empaque, el estatus, porque solo unos pocos —muy pocos—, podían tener el enorme privilegio de vestirlo… Ha ido dejando su legado a lo largo de la Historia como color de clases poderosas, hasta que en el ecuador del XX se convirtió en el color de la elegancia y el glamour. Aunque pensamos que las ladies de los 50 iban siempre de negro debido a la fotografía, que era en blanco y negro…

El camel, por su parte, es el color natural (un marrón dorado con matices rojizos) de una de las consideradas fibras animales de lujo: la de los camélidos, con pelajes de extrema suavidad y calidez con los que se fabrican telas de lana y estambre de primerísima calidad. 
De acuerdo, se lleva el color camel, o los beiges, o los tonos arenosos desde los pálidos a los más intensos como el jengibre, llamarlo como queráis, pero de ahí a que se pretenda desterrar al socorrido negro, es mucho titular… Se lleva el beige, y se lleva el negro, al igual que el rojo o el púrpura, el dorado y los cobrizos o el rosa. El beige es un color perfecto para armonizar a las tipologías cálidas, va bien tanto a rubias como morenas y pelirrojas siempre que su conjunto cromático natural vire al amarillo, a los cálidos. Perfecto color para cabellos castaños claros, con reflejos miel, piel tostada y ojos castaños o pardos. 
El camel es el color perfecto de las prendas de abrigo o de lana, sugiere clasicismo pero también confort. Es un color que combina bien con otros tonos cálidos, en armonía como los dorados o marrones en toda su gama, pero también con otros más intensos como los rojos, en su extensa variedad. Las más arriesgadas están probando a mezclarlo con otros colores como el amarillo mostaza o el rosa maquillaje, combinaciones curiosas pero agradables a la vista para romper el monocromatismo sin rozar el sinsentido.
Sólo quería escribir dos líneas para mencionar uno de los colores que este otoño está pisando fuerte y ver sus posibles alternativas, pero a lo Miranda Priestly, cuando me tocan la “fibra” (y no la de los camélidos precisamente), me enervo y me pongo negra, que para todo sirve el vasto acervo cromático…

8 Comentarios

  • Enma de Scarada
    Posted 28 October, 2010 1:56 am 0Likes

    Genial!….al fin y a la postre "sobre gustos no hay colores"….a mí, com De Scarada, megusta combinar el camel con el rojo y los cuadros escoceses…Mi hija adolescente diría que es muy vintaje….El negro, me parece un color adorable….y el azul, y el rosa, el naranja, el púrpura….que todo depende de cómo me encuentre

  • LaNiñaMariposa
    Posted 28 October, 2010 3:44 am 0Likes

    A mí me gusta el Camel en complementos.

    Un beso!

    http://lasinquietudesdemidori.blogspot.com/

  • Jane
    Posted 28 October, 2010 7:46 am 0Likes

    Hola! a mi me encantan los dos! fantástica entrada y texto! besos

  • Miss Potingues
    Posted 28 October, 2010 9:50 am 0Likes

    Totalmente de acuerdo: el negro esy será siempre imprescindible.
    Besos!

  • ronury
    Posted 28 October, 2010 9:57 am 0Likes

    que buena entrada y como se nota que esto me encanta, yo pienso que de ninguna manera sustituye al negro pero sin duda es un color elegante y que puedes aplicar a cualquier prenda o estilo.

  • la suite
    Posted 28 October, 2010 5:38 pm 0Likes

    A mi me gustan los dos aunque me tira más el negro pero depende la ocasión

    Muchos besos
    http://www.lasuitedelamoda.blogspot.com

  • Clara I. Buedo
    Posted 28 October, 2010 8:05 pm 0Likes

    Vosotras sí que sabéis jejeje 😉 mil gracias muaks!

  • Mireia
    Posted 28 October, 2010 10:59 pm 0Likes

    Un texto simplemente genial!
    De acuerdo contigo en todo,si si si

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