BELLEZA EN VENA… ¡AL DESNUDO!, por Enma De Scarada

Sin faltar a la galantería, comienzo por el de más edad, por Juan Luis. Tiene unos 50 redondos, y no porque esté gordito, que no lo está, en bañata sólo se le aprecia una leve tripilla cervecera que disimula con habilidad con unas bermuditas atadas justo por debajo del ombligo y vestimenta muy ad hoc con el lugar: camisola de lino cuello mao y pantalones del mismo tejido, vaporosos y a juego con sus zapatos sport de “Prada“, que lleva con tal soltura que parece que nació con ellos. Es un sibarita no solo del calzado, sino también del buen yantar y el mejor beber. De hecho, es un cocinillas y presume de manejarse como Arzak entre ollas, sartenes y cazos. Una de las decisiones más importantes que tomamos en este Consejo de Sabios, fue que el próximo lo celebramos en su morada alrededor de un menú hecho por él. Pero si de tipo está muy aceptable, de pelo está impecable. Tiene unas ondas tan bien definidas que parece que se las hace con tenacillas, pero no, son de puro natural , además no le clarea el cartoné, y poseen ese interesante color entre dorado y plateado (el dorado, porque de pequeño era un querubín rubito y rizoso; el plateado, porque las canas no perdonan). Además de gomaespumino, es escritor de novelas –La Funeraria, por ejemplo- y un vicioso del flamenco. Voz lo que se dice un chorro de voz, pues no tiene, pero le pone un entusiasmo y un sentío cuando tañe la guitarra (que por cierto toca divinamente para haber empezado a aprender ya talludo y casi de oído) que cuando la emprende por alegrías, fandangos, farrucas o tarantos, se te olvida. Lo de ser un showman, lo lleva en las venas y el adjetivo timidez no está en su repertorio. En cuanto tenía las manos libres, echaba mano a la guitarra y a cantar…¡Y los de alrededor encantados con el espectáculo!. Y yo también, porque he de decir que Juan Luis es un personaje al que me ha encantado conocer y que es igual en público que en la intimidad (eso sí, en la intimidad no habla catalán)

Como la edad manda, sigo con Mª Eugenia, Geni para mí. Una perra, no tiene ni un gramo de celulitis. Es más, tiene un cuerpo estupendo y eso que no se ha hecho nada “porque a mí esas cosas me dan yuyu“, dice. Fue la única que se llevó el ordenador para enseñarnos cómo quiere que sea la futura página de Belleza en Vena. No le hicimos mucho caso porque ya era de madrugada cuando le dio por exhibir su creatividad y tras la paliza que nos dieron – a ella y a mí- jugando al mus, pues no teníamos la cabeza para mucha crítica. Pero como nadie es perfecto, y algún defecto hay que tener, diré que Geni y su pelo no se llevan bien, debe ser porque tiene el “boucle mouton” que dicen los franceses (rizo de cabra) que es ese que cuando nace lo hace pegadito a la frente y las sienes, muy chiquito, y que luego se dispara cuando ya tiene un par de centímetros. ¡Tienes que hacerte una queratina, jefa!. Porque pelo, lo que se dice pelo tiene un cuanto.

¿Y que decir de John Queras? además de viajar ligero de equipaje como sabréis por Juan Luis, es un friki de Prince y persigue al príncipe negro allá por donde cante: Londres, Ginebra, Roma, Salamanca…”en realidad es una excusa para viajar“. John es un experto en buscarse excusas para hacer lo que le da la gana “justificadamente”. Y más, que sepáis que fue el primer hombre, hetero y gay, en escribir de belleza para mujeres. Un pionero en meterse a beautywarrior capaz de decir la palabra “tanga” de 10 maneras diferentes, todo un arte difícil de superar. Es mi debilidad, lo confieso, sobre todo cuando se deja el pelo semilargo, porque como todo el equipo directivo de Belleza en vena, está “bien de pelo“, otra frase gloriosa de mi cachorro favorito que a pesar de sus 37 años sigue teniendo cuerpo de adolescente -en el que, todo hay que decirlo, ya apunta una curvilla de la felicidad- y una cara de niño grande que encandila. Terminando, que sino no me leéis hasta el final, que sepáis que “semos” un equipo de profesionales, libres, independientes y bien de pelo, que pensamos seguir siéndolo aunque solo sea para reunirnos y no tomar decisiones serias, pero si trascendentes, como la de organizar para los seguidores del blog una fiestuki muy especial, con premios, buen rollo y mejor cosmética.Pero eso ya lo contará la jefa, que para eso es la que manda.