BELLEZA EN VANO: EL TAMAÑO SI IMPORTA, por JUAN LUIS CANO

Los directores de marketing de las grandes firmas de moda lo tienen clarísimo y se aprovechan de ello. Me refiero a lo horteras que son los horteras. Pongamos como ejemplo a uno que conozco yo, que no voy a decir como se llama ni donde vive, pero que yo le veo muy a menudo. Se ve que le va bien o que roba y no le pillan o que ha sido concejal de urbanismo de algún ayuntamiento o alcalde o que pide y le dan o que ha heredado o algo, porque va con un cochazo y siempre va de marca. Ya se preocupa él de que los demás nos demos cuenta. Y ahí está la horterada.


Las marcas de ropa y complementos cada vez ponen más grande sus logotipos y el nombre de sus marcas en sus productos y se aprovechan de los personajes como éste del que os hablo, que les hacen publicidad gratis. Esto ya lo inventó hace muchos años el de una discoteca que se llamaba Penélope, que consiguió que medio Madrid llevara su pegatina en el coche, no sé muy bien por qué. 

Pues ahora lo mismo pero en los nikis. Bueno, los polos. Es que mi madre decía niki. Y en los cinturones y las sudaderas y las chaquetas y los pantalones o en tó. El caballo con el jinete ese que juega al polo es tan grande ya en algunas prendas que dentro de poco solamente van a poder hacer abrigos, porque no les va a caber si no el logotipo, los de D&G lo mismo de lo mismo, Chanel para qué te digo, el cocodrilo es el único que parece que no crece a no ser que sea una falsificación, que se nota mucho porque suele tener el rabo enroscado como los chuchos y lleva la boca más abierta, que será porque el bicho pasa más hambre.

El problema viene con la democratización del gasto. Antes únicamente podían gastarse esos pastizales en ropa unos pocos, así que no tenían la necesidad de demostrar a nadie que llevaban determinada marca, porque se daba por hecho que nadie más podía llevarla. Ahora no. Ahora llega cualquier mindundi y se compra unos pantalones de Dior y eso a los pijos les ha matado. Ahora sí, quien ha accedido a poseer ese estatus, sin ni siquiera haberlo sospechado, tiene que hacerlo notar y ahí es donde los directores de marketing de esas marcas tan buenas han visto el chollo. Esos no son clientes, son anuncios andantes gratuitos.
Yo tengo un primo al que le conté esta teoría mía el mes pasado y se ve que le hizo mella, porque tiene un puesto en el mercadillo de Majadahonda donde vende chandales y a todos les ha pegado en el pecho un logotipo que se ha inventado, que es un cacho de chistorra en un pincho. Como la mujer es vasca… Pero no sé yo si a él le va a funcionar.