BELLEZA EN VANO. ¡QUE ALERGIA DE VERTE!, por JUAN LUIS CANO

Os juro que cuando yo era pequeño no había tantos alérgicos. O, a lo mejor sí los había y no nos enterábamos. Si uno estornudaba, rápidamente tu madre te daba un pescozón y te decía: ¿Has visto? ¡Ya te has “constipao”… Como andas todo el día descalzo… Y lo que pasaba es que tenías alergia a la colonia de baño esa que compraba a granel en la droguería. Porque, y no sé a vosotros, pero a mí mi madre me empapaba la cabeza con colonia antes de mandarme al cole. Sería para que oliera bien o quizás para hacerme mejor la raya. Porque, hay que reconocer que con la cabeza húmeda, la raya sale mejor.
Y si no que se lo digan a esos señores que llevan más grasa en el pelo que las paredes de un bar de fritanga y les sale la raya que ni hecha con tiralíneas. Y ni se les menea aunque venga un huracán ¿O no?
Que me voy del tema. Las alergias. Que digo, que ahora hay muchas alergias y yo creo que es de la cantidad de mierda que arrojamos al aire y de la hiperprotección a la que, por otro lado, nos sometemos a nosotros mismos. Antes, como no había tantas cosas anti (antiarrugas, anticaries, antigrasa, antipolvo, componentes de esos que dicen que llevan los detergentes, que yo creo que se los inventan…) pues el organismo estaba acostumbrado a defenderse y generaba anticuerpos (Mira otro anti), pero ahora no. Hemos eliminado a las bacterias y microbios de nuestro entorno, así que, en cuanto se nos acerca algo un poquito agresivo encuentra en nuestro organismo un campo abonado para pasearse a sus anchas y nos ponemos malísimos y nos dan las alergias.
Hablo de las alergias porque el otro día estaba yo en la sala de maquillaje de un plató de televisión y una chica le estaba comentando a otra que le había empezado a dar alergia el rímel y que había probado muchas marcas, pero que se le ponían los ojos como a las moscas. Así saltones. Y le lloraban constantemente y le escocían. Estaba, la pobre, destrozada, porque a ver qué iba a hacer ahora ¡Coño, pues no te des rímel!