EL PERFUME DE MI TÍA, por JUAN LUIS CANO

Me hacen llegar un frasquito de una nueva fragancia que se llama EAU MO. Imagino que con la intención de que la huela y después escriba algo sobre ella, ya que de otra manera sería vano el intento dada mi probada heterosexualidad. Digo esto porque el perfume en cuestión lo han sacado al mercado dirigido exclusivamente al público gay. Gran error, creo yo, porque oye, si oliera bien, te quitas de un plumazo a un montón de público. A mí, personalmente, la verdad es que me recuerda a mi tía Luisita. De verdad, créanme. Mi tía Luisita (El Señor la tenga en algún sitio…) utilizaba un perfume muy parecido a este EAU MO. Dice la información con que viene el frasco avalado, que es un perfume atrevido, original y transgresor y yo creo que han confundido la intención marketiniana con la que salen al mercado con las características del producto en sí, que ya digo, que mi tía Luisita era más bien mojigata y de atrevida más bien tenía poco. No obstante reconozco que como estrategia es buena. El mundo gay gusta de sentirse identificado con determinados iconos y además, salvando que una generalización siempre es arriesgada, gasta una pasta en imagen y sonido así que a lo mejor les va bien. Yo, desde luego, si fuera gay y gustara de este tipo de fragancias, me iría a una perfumería y me pondría como loco a echarme de todos los frascos abiertos como muestras hasta que diera con el perfume de mi tía, que seguro que es más barato (48 €/50 ml y 68 €/100ml). Espero que no lean esto los señores que han sacado la colonia en cuestión, porque me van a poner a parir. Pa’qué me meteré yo en estos berenjenales.