Viva la Juicy, el perfume goloso de Juicy Couture

Cuando las celebrities más celebrities deciden poner algo de moda, sea un perro, un perfume o una dieta de adelgazamiento, lo consiguen de forma inmediata. Basta con que varias se pongan de acuerdo en lucir una determinada prenda, bien porque les gusta o para hacer un favor a las amigas, para que una multitud enfervorecida se lance en masa a adquirir el producto en cuestión. Y eso es lo que en versión resumida pasó con los famosos chandals de Juicy Couture. Vamos que si aquí sale una famosa de medio pelo con un chándal en la tele ,y más si este es de terciopelo y de cachemir, no tardaríamos en tacharla de hortera en el minuto uno de todos los programas. Pero claro si la famosa en cuestión es Madonna la cosa cambia (para algunas, claro). Si además le siguen los pasos famosas de todo tipo y condición, es decir desde las más fashion a las más extravagantes, (Gwyneth Paltrow, Cameron Díaz, Gwen Stefani, París Hilton, Britney Spears, Eva Longoria, Jennifer López, etcétera, etcétera) el tema, o sea el chándal en cuestión, mal que le pese a Carmen Lomana, se convierte por arte de magia en un atuendo de lo más chic. Y claro tras el éxito cosechado con la prenda deportiva, Gela Nash-Taylor y Pamela Skaist-Levy, las creadoras de la marca, decidieron diversificar su actividad y se pusieron manos a la obra para crear ropa para hombres, mujeres, chicas, bebés y perros, joyas, relojes, bolsos, gafas de sol, marroquinería y, por supuesto perfumes. Entre estos últimos se encuentra Viva la Juicy (69 €-50 ml y 98 €-100 ml), un eau de parfum que resume a la perfección el espíritu de la marca. Para ser sinceras he de decir que aunque no es el perfume que me compraría para mí, es demasiado dulzón para mi gusto, sí es el más indicado paras numerosas mujeres que se confiesan incondicionales de los denominados perfumes “golosos”. Y éste es uno de ellos. Pero vayamos por partes. El frasco. Tiene un punto cursi-romántico-barroco que tiene su gracia. Es cuadrado con un gran tapón en cristal tallado rodeado por un gran lazo rosa del que cuelgan la famosa J de la marca y una cadenita dorada con la palabra couture tallada también en dorado y para terminar de “adornar” el frasco en el centro de éste aparece el escudo de la firma engastado en…. sí, dorado. La verdad es que una vez desnudo –sin el lacito y los colgantes- recuerda a un envase antiguo de perfume y eso es un acierto porque si lo quieres mostrar recargado lo dejas tal cual y si eres un poquito más discreta lo desnudas y punto, además de este modo es más cómodo de abrir y cerrar. En cuanto a la fragancia se trata de un perfume floral dulce, muy femenino, muy romántico pero, como ya he dicho, demasiado goloso para mi gusto. En la salida las fresas silvestres y la mandarina aportan un tímido frescor que en seguida desaparece para dar paso a las notas medias, madreselva, pétalos de jazmín y gardenia, que aportan el punto floral y a las notas de base en las que junto a la madera de sándalo nos encontramos ámbar cremoso, caramelo, vainilla y praliné. Vamos como para una merienda de régimen. El resultado final es denso y dulce con un alto grado de perdurabilidad perfecto para las chicas Juicy que también podrán disfrutar de la loción corporal aderezada con trufas blancas, almendras y nueces de macadamia (39 €).