Cada año se ponen a la venta casi mil perfumes nuevos, bueno nuevos nuevos algunos no son ya que en esta cifra se incluyen las ediciones limitadas o versiones estacionales de determinadas fragancias. Pero entre todas estas novedades, lógicamente nos encontramos de todo: fragancias mejores y peores; aromas originales e imitaciones; perfumes refinados y pésimos,… y por supuesto perfumes de masas (tienen tanto éxito que los lleva todo el mundo) y fragancias minoritarias (aquellas realizadas por las denominadas marcas nicho o de culto y que sólo conocen una minoría). Entre estas últimas se encuentran las creaciones de Byredo Parfums, una marca que tiene su origen en Estocolmo, una ciudad que gracias a los escritores de novela negra Stiegg Larsson, Jens Lapiduss, Henning Mankel y Asa Larson, entre otros, se ha puesto muy de moda en nuestro país.
Pues bien la ciudad en la que se desenvuelve Lisbeth Salander es el lugar en el que surge esta empresa de la mano de Ben Gorham. Al verle (estuvo en España en la presentación de su marca a la prensa) no lo imaginas creando perfumes. Es joven, con rasgos exóticos –sueco de padre canadiense y madre hindú-, con un look a la última, lleno de tatuajes,… pero claro él no es quien crea los perfumes ya que él es ante todo diseñador. Se graduó en la escuela de Arte de Estocolmo y alcanzó un gran éxito diseñando interiores. Combinando su experiencia con el mundo del diseño y su pasión por los viajes a lo largo de todo el mundo, un buen día decidió aliarse con tres perfumistas de altura: Jerome Epinette, Olivia Giacobetti (creadora de distintas fragancias para marcas como Dyptique, L’Artisan Parfumeur, Hermés o Michel Klein) y el gran Michel Almairac (con creaciones para Bond, Chloé, Azzaro, Burberrys, Escada, Gucci, Rochas, Sisheido,…). Junto a ellos ha creado un universo olfativo tan rico como selectivo. El propio Gorham asegura que siempre ha estado fascinado por el mundo de los perfumes y su efecto en sus recuerdos e impresiones. Por eso afirma que a través de Byredo quiere “comunicar mi propia experiencia personal, para contribuir en la memoria colectiva en tiempo y lugar. Creo, además, en un enfoque moderno sin perder las técnicas olfativas, simplemente reuniendo lo mejor de lo viejo y de lo nuevo”. Y parece que lo ha conseguido ya que en poco tiempo Byredo se ha convertido en una marca de renombre internacional en el mercado nicho de fragancias. Hasta ahora su catálogo cuenta con ocho referencias. Todas son iguales: el mismo diseño (muy minimalista), el mismo frasco es de 100 ml, el mismo precio (115 €) y el mismo packaging para las ocho fragancias, únicamente cambia la etiqueta con el nombre de cada una. Casi todas son unisex y están inspiradas en lugares del mundo visitados por Gorham o en recuerdos de su infancia. Son Chembur (toma el nombre del lugar donde nació y se crió su madre, una zona de campo a las afueras de Bombay), Gypsy Water (recordando sus años en Italia, Ben ha intentado glamourizar el mito del estilo de vida de los gitanos con una fragancia que se acerca a la naturaleza, a los bosques, las fogatas, el polvo del camino… ), Rose Noir (un aroma potente a rosa damascena), Green (homenaje al perfume que su padre, que viajaba mucho por África y por Asia, llevaba en los años 70 y la verdad es que su olor a pesar de la modernidad tiene ese aire verde retro las fragancias de aquella época), Pulp (mezcla de influencias del Caribe y Suecia, huele mucho a higuera), Fantastic Man (eau de cologne masculina creada para la revista de moda Fantastic Man ), Blanche (es la última creación de Byredo y está construida en torno a su percepción del color blanco y el resultado es una fragancia pura y siempre en su estructura y extrema en carácter) y Bal d’Afrique. Yo os puedo decir que después de olerlas todas (en una especie de “cata” perfumística), y a pesar de acabar con la pituitaria ya un poco mareada, decidí que la que mejor me iba era Bal d’Afrique y con el paso de los días, y ya con la nariz despejada, creo que acerté en la elección aunque he de decir que no me disgustó ninguna. En cuanto a mi elección contaros que es un cálido vetiver inspirado en el vanguardismo parisino de finales de los años 20 y la cultura africana. En sus notas altas encontramos bergamota, limón, neroli y caléndula africana; en el corazón, violetas, pétalos de jazmín y ciclamen mientras que en las notas de fondo se encuentran el ámbar negro, el almizcle, el vetiver y la madera de cedro de Marruecos. Encontrarlos no es fácil ya que se venden en puntos muy exclusivos, en Madrid por ejemplo en Ekseption y Nadia Perfumerías; en San Sebastián en la Perfumería Urbieta y por supuesto en la página web de la marca (www.byredo.com).

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